Huberto Bourlon era productor agropecuario en Salta y pensó que su vida siempre iba a estar ligada al campo. Sin embargo, la mudanza con su familia a la Ciudad de Buenos Aires, una charla entre amigos y su pasión por la cocina, lo cambiaron todo.
Tiene 44 años y en sus redes sociales se define como “emprendedor, hombre de la tierra y artesano”. Desde hace poco tiempo, en el mercado argentino ofrece un producto tan llamativo como innovador, que espera poder exportar en los próximos meses: mermelada de cerveza.
Por su pasado ligado al agro, cuando se instaló en el 2019 en Capital Federal, no se imaginaba desarrollando alguna actividad que no esté vinculada al sector. “Buscaba trabajo en LinkedIn de algo relacionado, pero mi presente no es casual: en mis tiempos libres en Salta yo ya hacía dulces”, contó en diálogo con TN.
Huberto pasó de sembrar chía y mandioca a experimentar en la cocina. “Unos amigos me invitaron a probar cervezas, y en esas charlas surgió la idea. Cerveza va cerveza viene nos dijimos: ¿Y si hacemos una mermelada de cerveza? Me llevé seis latas a casa y con todas hice dulce, para definir cuál era más rica”, relató Bourlon.
Para su sorpresa, la IPA fue la elegida por todos. “Aunque se caracteriza por su amargor, la que hacen mis amigos de Jabalina es distinta así que nuestra mermelada de IPA tiene un dejo de sabor a la miel del monte y se siente el lúpulo”, detalló.
Cuando compartió la innovación en su cuenta de Twitter, tuvo una cantidad de pedidos impensada. “Empecé produciendo 200 y las vendí a todas”, aseguró Huberto, quien maneja el emprendimiento La Sucrerie, junto a su mujer y un socio.
Por el momento la mermelada IPA se consigue por Internet, y está empezando a venderse en algunas birrerías de la Ciudad. Si bien este dulce llama la atención, el exproductor agropecuario hace también mermelada de ajo; de duraznos y rosas; de pomelo; de pimientos; y de arándanos al torrontés. Cocina además jalea de peras al malbec; de membrillo; y de manzana y romero.
“Aunque parezca raro, la de ajo es una de las más vendidas. Se puede usar en vegetales salteados, en picadas, para condimentar una bondiola… Aunque para mí, la mermelada va en todas las comidas. Estamos creciendo y viendo la posibilidad de exportar, pero el papelerío es tremendo”, reconoció.
Huberto, que además de dedicarse a la agricultura tenía hacienda en Salta, define hoy como “un artesano”. “El trabajo del dulce es muy artesanal, como en Francia lo es el de los maestros pasteleros. Soy un artesano o si la gente prefiere, un gordito que cocina”, concluyó.
Fuente: TN