La imagen fué compartida en la página local de Facebook «Soy de Misiones-Argentina» y que tiene miles de seguidores, ha desatado la curiosidad y la especulación entre los residentes locales.
Según el relato adjunto a la foto, el avistamiento tuvo lugar en la zona del barrio «Punta Alta» en Oberá, específicamente entre las calles Grapia y Mora.
Los lugareños han expresado que el supuesto animal fue avistado en la zona, generando un revuelo en la comunidad virtual. La ubicación específica ha añadido un toque de realismo a la historia, ya que es en estos lugares locales donde las leyendas misioneras a menudo cobran vida.
Testimonio del Avistamiento: Un Encuentro Inusual
El individuo que capturó la imagen relató que inicialmente pensó que se trataba de un animal común descansando. Sin embargo, al acercarse, notó características peculiares en su aspecto que lo llevaron a considerar la posibilidad de que fuera el legendario lobizón.
Según su testimonio, al notar su presencia, el misterioso animal se alejó rápidamente, profundizando así el enigma en torno a la situación.
El Mito del Lobizón: Leyendas y Tradiciones Locales
El mito del lobizón está arraigado en la cultura local y es parte integral de las leyendas y tradiciones de la región. Cada vez que se menciona, despierta un gran interés y curiosidad entre los habitantes. Sin embargo, es crucial recordar que estos relatos a menudo están más ligados a la tradición oral y la mitología local que a evidencias concretas.
La leyenda del lobizón
Es un mito paraguayo que tiene similitud con el “hombre lobo” como se lo conoce en países de Europa y América del Norte. Este, por su parte, se refiere a uno de los siete monstruos de la mitología guaraní, es el séptimo hijo de Tau y Keraná sobre quien cayó la maldición que tenían sus padres.
Al llegar a la adolescencia, en las noches de luna llena se transforma en Luisón, este monstruo que se confunde con un perro negro gigante y aterroriza a la sociedad. Esta es una creencia muy difundida en las provincias del interior del país, sobre todo en el norte.
Mientras tanto, en Oberá, algunos padres de siete hijos varones vigilan con un ojo a sus descendientes.