«Eva Santa del Pueblo». Con esta consigna la Confederación General del Trabajo convocó este martes a un acto en Azopardo 802 de la Ciudad Autónoma de Buenos aires,para impulsar la beatificación de Eva Perón.
El pasado 7 de mayo se cumplieron 100 años del nacimiento de Evita, lo que significó un importante acto en Los Toldos que reunió a dirigentes de todas las expresiones del peronismo. Ayer, en el marco del centenario del natalicio de la segunda esposa del General Juan Domingo Perón, la CGT realizó por la tarde una actividad en el salón Felipe Vallese para aclamar a «la Santa del pueblo». Lo hizo luego de anunciar un paro general para el 29 de mayo.
Con la presencia del consejo directivo y representantes de los curas villeros, la CGT emitió un comunicado donde expresó: «Eva Perón entregó su vida en un mandato providencial que fue la misión de rescate de la dignidad de la persona humana en su sentido más trascendente. Síntesis de una profunda fe en su Pueblo y en Dios que a cien años de su nacimiento continúa estando en el corazón popular y en los altares del pueblo humilde junto a la Virgen María».
En el último párrafo, la central obrera se dirigió al papa Francisco: «El pontificado puede alumbrar un camino, si estamos dispuestos a seguir las huellas que dejaron nuestros mejores hombres y mujeres». Si bien el anuncio fue apenas un primer paso dentro de los objetivos de la CGT, fuentes vaticanas indicaron a Infobae que «no bastan los buenos deseos».
Sobre las etapas que debe atravesar la CGT para conseguir la beatificación de Evita, Marcó explicó: «Tiene que haber un sacerdote que postule a un candidato para estudiar el caso. El primer proceso consiste en aceptar los motivos del postulador, que debería ser un cura de donde era el candidato», en este caso, Buenos Aires. Luego de reunir testimonios de quienes hayan conocido al postulante, y previo a considerarse la beatificación y canonización, «el caso se acepta en Roma donde se declara a la persona ‘sierva de Dios'», detalló.
Si un cura avanzara con la presentación, el candidato -en este caso Evita- debería luego ser declarado venerable por el Vaticano. Esta condición indispensable en el proceso de canonización cuenta con una serie de etapas donde un tribunal, una comisión de censores y el relator de la causa evalúan escritos y testimonios sobre el postulante para luego elaborar un documento denominado «Positivo» donde se incluyen los principales aspectos de la vida y virtudes de la persona. Tras ser discutido por una comisión de teólogos, cardenales, obispos y la Congregación para las Causas, el último paso es la firma de un decreto del Santo Padre a través del cual el «siervo de Dios» pasa a ser considerado venerable.
Para culminar con la beatificación, en principio se le debe atribuir al venerable la realización de un milagro. Dos son los milagros necesarios para ser proclamado santo. Sin embargo, si la persona fue reconocida como mártir, llegado el caso Francisco puede obviar el milagro ya que no es necesario para su beatificación.
Considerar a Evita mártir correspondería al Colegio de Cardenales, que evaluaría si sufrió persecución y muerte por defender una causa religiosa o ideológica. Sobre el caso de Eva Perón, fuentes vaticanas aclararon que el «el Cristiano es mártir si muere matado no por enfermedad» y que la causa no se resuelve «por aclamación popular».
En 2017 Francisco introdujo un nuevo motivo para iniciar el proceso de beatificación y su posterior canonización e incluyó aquellos que «con la intención de seguir al Señor, impulsados por la caridad, han ofrecido heroicamente su propia vida por el prójimo, aceptando libre y voluntariamente una muerte cierta y prematura». Sin descartar la posibilidad de que la solicitada de la central obrera tome vuelo, desde el Vaticano se limitaron a decir que estas características «las debe comprobar el postulador». Fuente: Infobae.