La situación diplomática entre Argentina y China se agrava luego de una reunión secreta entre la canciller Diana Mondino y la representante de Taiwán, Miao-hung Hsie. China ha iniciado el proceso para exigir el pago del swap, una operación que involucra miles de millones de dólares, y evalúa represalias adicionales, incluida la posibilidad de un embargo de exportaciones, que podría llevar meses o años en ejecutarse.
En respuesta, China reconsidera sus compras a Argentina, priorizando a Brasil en la adquisición de soja y maíz. Además, se contempla la suspensión de compras de carne argentina, optando por productos de Australia y ganado en pie de Uruguay. Estas medidas podrían tener un impacto devastador en la industria cárnica y agrícola argentina, ya que China representa una parte significativa de las exportaciones.
Especialistas advierten sobre las consecuencias económicas, ya que China es un actor clave en las exportaciones de soja, carne y otros productos argentinos. La ruptura de relaciones podría resultar en una «triple implosión productiva, social y financiera», afectando a provincias como Jujuy, Catamarca, Chaco, Entre Ríos, La Pampa, Santiago del Estero, San Luis y Formosa, donde China representa hasta el 30% de las exportaciones.