El Ministerio de Ecología de Misiones se encuentra inmerso en una controversia tras descubrir una autorización de aprovechamiento en una reserva privada cuyos propietarios, residentes en Japón, desconocen por completo. La situación ha generado sospechas de la existencia de documentos falsificados, lo que ha llevado al titular de la cartera, Martín Recamán, a ordenar una auditoría interna para esclarecer los hechos.
El hecho, que ha generado gran preocupación en las autoridades ambientales y la opinión pública, involucra a una reserva de alto grado de conservación ubicada en Santiago de Liniers, Misiones. Los propietarios japoneses de la reserva, al descubrir la autorización de aprovechamiento, han enviado a una representante legal desde Buenos Aires para presentar una denuncia formal y exigir explicaciones por parte del Ministerio de Ecología.
La reserva, conocida como “Tomo”, abarca unas 1.441 hectáreas de monte nativo en excelente estado de conservación, y su explotación comercial sin el consentimiento de los propietarios constituye un serio atropello ambiental y legal.
En respuesta a la controversia, el ministro Martín Recamán ha asumido la responsabilidad de llevar adelante una auditoría interna para esclarecer los hechos y determinar las posibles irregularidades en la emisión de la autorización. Si bien se ha mantenido la discreción sobre los detalles de la reunión entre los propietarios y las autoridades del Ministerio, trascendió que también estuvieron presentes los responsables del área de Asuntos Jurídicos.
El proceso administrativo para otorgar autorizaciones de explotación forestal en la provincia de Misiones implica varios pasos, siendo el director general de Bosques la máxima autoridad en este ámbito. Sin embargo, en este caso particular, parece haberse pasado por alto varios procedimientos habituales, lo que ha suscitado preocupación y desconfianza en la comunidad.
La auditoría en curso está investigando detalladamente la legalidad de los documentos presentados para la autorización de la tala en la reserva, con especial atención en la “tarjeta de inscripción” y el informe de dominio, ante las sospechas de posible falsificación