Desde este lunes, el costo del boleto del transporte urbano en Oberá se incrementó a 1400 pesos, lo que ha desatado el rechazo de los vecinos y concejales de la ciudad. Lucrecia Rebiski, vecina de la ciudad, expresó su preocupación por la calidad del servicio, señalando que “sabiendo el servicio que tenemos, es deficiente para la labor que nos cobran”. Según manifestó, la audiencia pública sobre el transporte se ha convertido en un “simposio de escucha” sin una respuesta concreta a los pedidos de la comunidad. “Es un monólogo de los vecinos que queda en la nada misma”, sostuvo.
Entre los principales reclamos, los vecinos exigen mejoras en las frecuencias, recorridos y horarios del servicio. “Hubo reducción de horarios y recorridos, y hay barrios incomunicados”, apuntó. También, señaló que algunos barrios carecen de líneas de colectivos en ciertos horarios, obligando a los vecinos a recurrir a remises para trasladarse.
Rebiski destacó que, en el marco de la licitación del servicio, el municipio asumió el rol de contralor de frecuencias y recorridos, pero cuestionó la falta de acción concreta. “Los concejales deberían estar entendiendo los reclamos. El Frente Renovador no sube a un colectivo desde que asumieron. No tienen idea de los recorridos de colectivos”, afirmó, haciendo referencia a la desconexión de los ediles con las problemáticas del transporte urbano.
Además, señaló que los vecinos ya no utilizan los libros de quejas, prefiriendo las redes sociales como una “carta abierta” para expresar sus reclamos. En este contexto, Rebiski instó a los responsables del servicio a prestar atención a las necesidades reales de la comunidad y mejorar la calidad del transporte público en Oberá.