Las cotizaciones del barril de Brent, de referencia en la Argentina, cayeron esta semana hasta US$ 34,36. Las consecuencias de la crisis en el país.
Los precios del barril de crudo se derrumbaron a su menor nivel en 29 años como consecuencia de la crisis en la OPEP y el alerta global por el coronavirus. Sin embargo, en la Argentina no se espera que los valores de los combustibles vayan a descender.
Ese era el análisis que hacían anoche cerca de las petroleras y técnicos vinculados al Gobierno, preocupados porque la debacle pueda encender luces rojas sobre Vaca Muerta. Las cotizaciones del barril de Brent, de referencia en la Argentina, cayeron este lunes 9 de marzo hasta US$ 34,36, un 24,13% menos que en la sesión anterior. La lógica indicaría que ese descenso se traslade en algún momento a los surtidores, como vino ocurriendo en sentido contrario cuando el barril subió el año pasado.
El desplome del petróleo y la crisis financiera mundial ponen en riesgo a Vaca Muerta pero la razón de fondo para que la baja de precios llegue a los surtidores, al menos en el corto plazo, es que las petroleras miran el mediano plazo y diseñan su estructura de costos a lo largo de todo un mes, mientras el Gobierno necesita recaudar. Así, debería consolidarse una baja de precios a lo largo de más de cuatro semanas para que exista alguna posibilidad de que los bolsillos de los consumidores tengan un respiro.
Los precios de los combustibles reflejan en la actualidad un barril de petróleo a US$ 50, con lo cual las petroleras están recibiendo una utilidad adicional en el mercado local mientras el Brent se mantenga en estos valores tan deprimidos. Y el Gobierno tampoco estaría interesado en una rebaja de los precios, como también impidió un alza durante febrero para no recalentar la inflación.
Según consignó la agencia Noticias Argentinas, la baja del barril es por ahora un episodio puntual generado por fuertes diferencias de criterio entre Rusia y la OPEP, y el alarmante crecimiento de casos de coronavirus, en especial en Italia, lo cual está disparando medidas excepcionales y preanuncia una recesión a escala planetaria.
En este marco, menores precios derivarían en factores negativos para las cuentas públicas, ya que bajaría la recaudación impositiva, aumentaría el desempleo y las provincias cobrarían menos regalías.
Tampoco escapa a la mirada oficial el inédito derrumbe en las cotizaciones de YPF en Wall Street, donde retrocedieron casi 30%, lo que derivó en la reunión entre el ministro de Producción, Matías Kulfas, y el titular de la petrolera con mayoría estatal, Guillermo Nielsen.
Kulfas prevé reunirse entre martes y miércoles con los referentes de las petroleras, y de allí podrían surgir novedades sobre las medidas que podría tomar el Gobierno —se especula con cambios impositivos— para tratar de paliar un cimbronazo que dejó boquiabiertos a empresarios y funcionarios.