Peterson expuso su preocupación por la crisis que atraviesan los productores yerbateros debido a los bajos precios ofrecidos por la industria. Señaló que el costo determinado por el INYM para la producción es de $357 por kilo de hoja verde, sin embargo, los industriales ofrecen mucho menos.
“Con gran dolor tengo que decir la falta de empatía que tienen nuestras industrias, nuestra industria tanto misionera como correntina, argentina, que no ve la necesidad de nuestra gente, porque ofrecían, yo llegué a hablar con 46 industriales. De los 46, lo que más ofrecieron fue 260 pesos puesto en secadero. También escuchaba precios de 220, 245 y el que más tenía ofreció fue 260”, afirmó.
El funcionario remarcó que, ante esta situación, Omar Kassab, empresario de origen sirio radicado en Andresito hace varios años se acercó con una propuesta más favorable para los productores. “Ayer se acerca un industrial de zona norte, del otro lado del mundo, allá de Siria a proponer algo claramente mucho más favorable de lo que ofrecían nuestras industrias locales. Él decía: ‘Yo lo que necesito es que nuestros productores estén vivos, no de rodillas, yo lo que necesito es que nuestra gente quede de pie para poder trabajar y seguir produciendo y que yo pueda seguir llevando yerba hacia el mundo”.
Peterson recordó que esta no es la primera vez que este empresario interviene en la regulación de precios en beneficio de los productores. “En el 2007 hicimos un trabajo similar. En aquel momento, la ley establecía que el kilo debía pagarse a $2,20, pero los industriales abonaban apenas $1,30 o $1,50. Él abrió las puertas de su empresa y decidió pagar $1,80, luego $2 y finalmente $2,20”.
De esta manera, una vez más, el propietario de la firma Secadero, propuso un esquema de aumentos progresivos para aliviar la crisis de los productores. “Se firmó un acta donde este mes arranca con $301, el mes que viene sube a $310, en mayo a $320 y en junio a $330. En julio se analizará la posibilidad de llegar a $350”, precisó Peterson.
Esta propuesta fue bien recibida por los productores, quienes decidieron levantar el acampe en Andresito. “Ayer a las 18 horas, Kasab estuvo en el acampe, donde había más de 200 productores. Se sentó a escucharlos, a dialogar, y los productores analizaron juntos la oferta. Dijeron: ‘Lastimosamente, es la única empresa que viene a dar la cara y a ofrecernos una salida’. Y decidieron levantar el acampe para ir a trabajar dejándole la posibilidad que el productor que quiera cosechar puede cosechar, el que no, no. Esto es libre de cada uno. El que no quiere cosechar no es necesario, no es obligado y el que quiere cosechar puede ir cosechando a cuentagotas sabiendo que el mes que viene el precio va a subir”, explicó el subsecretario.
Críticas al Estado nacional
El exdirector del INYM cuestionó la falta de control estatal sobre la calidad de la yerba que llega a los consumidores y denunció la eliminación de artículos clave del instituto yerbatero, que limitaban la producción indiscriminada y garantizaban controles de calidad. “Estos días cuando estuvo la gente del INYM en Buenos Aires no le dieron otra opción, le extorsionaron para que saquen el artículo 18, el 14 y otro artículo más».
Dichos artículos limitaban la «plantación para que los grandes no planten por cantidad, que planten hasta 5 hectáreas como nosotros los pequeños productores. Algunos podemos llegar a plantar hasta 5 hectáreas. Otros capaz que planten una hectárea o dos. Y el otro artículo justamente era la posibilidad del INYM de ir a los galpones y revisar las yerbas que tenían si es apta para consumo o no, porque el INYM no puede ir a las góndolas, el INYM solamente podía a los galpones a mirar la canchada si era buena».
Así, consideró que «el Estado nacional tiene el derecho y la obligación a través del Ministerio de Salud Pública de tomar el paquete, ver si es apto, si coincide dentro de la calidad para el consumo humano, lo cual no lo están haciendo. Hasta el año antepasado se venía haciendo bastante bien. Y ese derecho que también podía ser del INYM con el del DNU lo sacaron. Le quitaron ese derecho; hoy ni siquiera el INYM puede agarrar un paquete y mirar”, alertó.
El funcionario no ocultó su descontento con lo que denomina competencia desleal dentro de la propia industria. “En lugar de producir yerba de calidad, están tirando los precios para ganar derecho de góndola y vender kilos. Nos están destruyendo el mercado. Hoy ves en las góndolas paquetes con un 35% o 40% de palo cuando a nosotros nos exigen que entreguemos la hoja con un máximo del 14% de palo”.
Las consecuencias del libre mercado
Además, advirtió sobre el riesgo sanitario de la yerba importada. “Estamos destruyendo un mercado por yerba de mala calidad por exceso de palo dentro del paquete, por palo molido, por polvo, por muchas cuestiones que hoy el Ministerio de Salud Pública de la Nación no está actuando. La yerba que está entrando de Paraguay o Brasil tampoco lo están revisando ni haciendo el análisis. Libre mercado. Esto es gravísimo lo que va a pasar en muy poco tiempo. Y los industriales en esa pelea de quién está dentro de los rankings están planchando los precios y se están aprovechando los mercadistas”.
De allí que insistió en que la industria debe replantear su estrategia para fortalecer el sector. “La culpabilidad de todo esto es de las mismas industrias por tirar precios hacia abajo para poder vender más kilos y para estar en el ranking de las 10. Produzcamos calidad. Hagamos las cosas bien y miremos hacia el futuro. No podemos mirar hacia el ombligo, paremos de mirarnos hacia el ombligo. Miremos hacia adelante. Nosotros estamos destruyendo un mercado por yerba de mala calidad”, concluyó.