Obreros de la industria maderera aseguran que la situación actual es “angustiante”. Domingo Paiva, titular del SOIME, aseguró que quien trabaja no puede hacerle frente a la inflación. Y quien se quedó sin empleo no tiene cómo subsistir. Impulsan una reunión con el sector empresario para la semana próxima. Henter reinició actividades, pero hay dudas sobre la continuidad de la empresa en Montecarlo.
Los trabajadores de la industria de la madera atraviesan una de las situaciones más difíciles de las últimas décadas. No solo porque hay empresas y aserraderos con dificultades para producir y vender sino por el efecto inflacionario sobre los ingresos de quienes consiguen mantener su empleo.
Domingo Paiva, secretario General del Sindicato de Obreros de la Industria de la Madera de Eldorado (SOIME), recordó que son alrededor de 8.000 personas las que viven de la producción de unas 600 empresas del terciado, aserraderos y carpinterías, afiliados hasta diciembre en los tres sindicatos. En los aserraderos se concentra la mayor cantidad de trabajadores, alrededor de 6.000.
En dialogo aseguró que “no se vislumbra ninguna mejoría de acuerdo a lo que manifiestan las empresas. No hay un horizonte claro y la situación del trabajador es preocupante y angustiante”.
Hizo referencia al impacto inflacionario “tanto en la canasta básica como al momento de afrontar los servicios, el combustible. La preocupación es mayor porque nadie puede decir que, a partir de determinada fecha, volverá la obra pública que es la que genera mayor movimiento y demanda de la industria. Esas serían otras condiciones”.
Hasta el momento se conocen alrededor de 70 a 80 trabajadores cesados en funciones y notificados formalmente. “Hay quienes se aprovechan de esta situación, el trabajador en este problema económico no le alcanza más allá de las paritarias y esto implica que, muchos empresarios, proponen un retiro voluntario que no existe pero que lo aplican en lugar de un despido, una indemnización o un concurso preventivo de crisis, arreglando por el 50 o 60% de lo que le corresponde al trabajador”, denunció Paiva.
El dirigente del SOIME anticipó que entre lunes y martes de la semana que viene se promueve una reunión entre los sindicalistas y los representantes de la AMAYADAP, “para ver fehacientemente un diagnóstico, es muy dificil pero las gestiones deben continuar porque confiamos en que va a cambiar el rumbo económico, debe volver la obra pública”.
“Queremos saber la radiografía, cómo logran seguir trabajando algunos aserraderos pequeños y otros no. Este diagnóstico hay que llevarlo ante la CGT nacional, otros gremios como el de la construcción y metalúrgico o la USIMRA que integramos”, anticipó Domingo Paiva.
Advirtió que si esto no ocurre, “vamos a estar peor que en los años 90, donde comenzaron a cerrar aserraderos. Esto pasó y es el temor de todos que vuelva a ocurrir”.
Sobre la apertura de importaciones, Paiva indicó que “en la reunión lo hablamos sobre el terciado. Los precios uruguayos, paraguayos y chilenos o brasileños son totalmente diferentes”.
“Se habla de una ventana de exportación pero la burocracia y las condiciones son muchas para exportar. En Misiones, es el 30% de las empresas las que pueden exportar pero que reclaman un dólar mejor. El 70% depende del mercado interno, por eso hace falta un cambio y se hace dificil la situación”, dijo.
El futuro de Henter y COAMA
La empresa Henter de Montecarlo paró sus actividades y cerró durante marzo. Ayer hubo una reunión entre el SOIME y los directivos de la maderera. Domingo Paiva contó que “es la mayor preocupación en este momento. Vamos a sostener todo para que continúe. Tuvimos reuniones y asambleas. Si la empresa la semana que viene tiene oferta y demanda de terciados, automáticamente está en condiciones de trabajar”.
Explicó que si bien “se retomó la actividad, no sabemos hasta cuándo, es una incertidumbre. Por el momento se va a seguir trabajando hasta la semana que viene que nos reuniremos nuevamente. La empresa tiene insumos y materia prima que debe utilizar, lo que se está haciendo en este momento”.
Paiva reveló que la preocupación empresaria en Henter es que no hay demanda de la producción de la misma como tampoco de COAMA, propiedad del presidente de la FAIMA, Román Queiroz.
“Ellos estaban trabajando 11 a 12 horas de lunes a sábados y hoy lo hacen por 8 horas con problemas y preocupaciones que el propietario me planteó personalmente ayer (por el miércoles)”, indicó Paiva. Fuente: Primera Edición