Una muerte violenta que la Policía informó como caso esclarecido menos de doce horas después de sucedido. Un crimen que los testigos relatan de una manera sincera y detallada pero que la versión oficial de los investigadores evita la mitad, la que sostiene que José María Benítez no fue golpeado solo por cuatro muchachos que lo frenaron a golpes y empujones cuando intentó atacar con un cuchillo a su hermana en el barrio Yohasá, durante la madrugada de ayer.
El joven de 23 años mencionado recibió muchos golpes y murió en un episodio que inició cerca de las 1 de ayer cuando irrumpió, en apariencia alcoholizado y drogado, en la casa de su hermana de 44 años en el cruce de las calles 113 y 72 del barrio Yohasá, zona oeste posadeña.
Con un cuchillo de al menos veinte centímetros de largo habría intentado lastimar a su familiar pero sus hijas lo evitaron, lo empujaron fuera de la propiedad y cerraron la puerta con llave.
José Benítez no desistió y comenzó a golpear, rompió un vidrio e intentó meter la mano para llegar a la cerradura. No lo logró pero introdujo la mitad de su cuerpo entre las rejas de una ventana y sus gritos de amenazas y los de sus familia pidiendo socorro movilizaron a los vecinos próximos.
Al menos cuatro intervinieron y lo sacaron de la abertura y forcejearon para que largara el cuchillo. Hubo piñas, patadas y empujones hasta que lo redujeron en la cuneta frente a la vivienda.
Pero el joven seguía bajo los efectos del estado de enajenación por la supuesta intoxicación. Gritaba en la zanja con barro mientras los vecinos lo mantenían reducido hasta que llegara el patrullero alertado al 911.
Los primeros efectivos que se presentaron lo hicieron a pie porque dejaron la camioneta de la comisaría Sexta a cien metros en la esquina de calle 74 (adoquinada e iluminada) y 113.
Cuando José Benítez los vio comenzó la resistencia extrema con insultos y manotazos desde la canaleta. Lo esposaron con las muñecas en la espalda y arrastrándolo por la arteria angosta (calle 113) en ese tramo de la chacra 112, lo llevaron hasta el móvil policial.
Golpes en la otra esquina
Testigos que dialogaron con PRIMERA EDICIÓN, único medio que recorrió la zona, coincidieron con lo hasta aquí relatado. Pero se mostraron sorprendidos, alarmados y atemorizados porque en la versión policial no se detalló la golpiza que le propinaron a José Benítez hasta que dejó de gritar e inconsciente lo subieron a la camioneta policial.
No fueron pocos los vecinos que vieron cómo en el cruce de calle 74 y 113 Benítez, esposado y de contextura física mucho menor a la de los policías provinciales, gritaba y oponía resistencia a subir a la patrulla. Remarcaron que al menos uno de ellos le dio una patada en la cabeza y se produjo el silencio del joven.
También apuntaron que se escucharon voces de otros vecinos que le pedían a los policías que pararan de pegarle y que lo redujeran de otra manera antes que dejara que Benítez se rindiera. Lo metieron a la camioneta pero ya no tenía signos de vida. Lo bajaron rápidamente a la calle adoquinada y comenzaron a intentar resucitarlo.
Al menos diez minutos lo intentaron, las costillas de José Benítez crujían en el procedimiento contrarreloj de los policías. Pero ya no volvió a respirar y esto fue confirmado cerca de las 2 cuando llegó la ambulancia de la Red de Trasladados.
A las 3.30 y con un secretario del Juzgado de Instrucción 1 en la escena, intervino la Dirección Policía Científica. Hasta las 6 el cuerpo de Benítez estuvo tirado en el mismo sitio y la conclusión preliminar de la autopsia no halló lesiones de golpes mortales.
De fuentes consultadas por este diario se remarcó que se deberá aguardar los resultados de los exámenes toxicológicos.
Preliminar
La autopsia se realizó durante la tarde de ayer pero antes del mediodía los informes de la Dirección Homicidios de la Policía titulaban “esclarecido” el hecho con las cuatro detenciones que sus investigadores lograron en pocos minutos y sin órdenes solicitadas al juez Marcelo Cardozo.
Los sospechosos eran cuatro, los jóvenes de 18, 19, 22 y 30 años, los que intervinieron como pudieron, aunque con violencia, para evitar que José Benítez ingresara a la casa de su hermana a, presuntamente, apuñalarla.
Un video de celular con el choque a golpes en la esquina de 72 y 113 fue la punta que utilizaron para determinar quiénes eran los responsables.
Pero no recogieron ningún testimonio de los vecinos que escucharon y vieron el procedimiento policial para reducir al joven y, mucho menos, habrían evaluado analizar cómo actuaron los uniformados de la comisaría Sexta y el Comando Radioeléctrico Oeste, ambos de la Unidad Regional I.
Fuente: Primera Edición