Un grave accidente aéreo tuvo lugar en el río Potomac, cerca del Aeropuerto Nacional Reagan en Washington D.C., cuando un avión comercial Bombardier CRJ700 de PSA Airlines, operado por American Airlines, colisionó en el aire con un helicóptero Black Hawk del Ejército de Estados Unidos. Como consecuencia, se activó un operativo de emergencia que llevó a la suspensión temporal de todos los vuelos en la terminal aérea.
Según información preliminar, la aeronave transportaba 60 pasajeros y cuatro tripulantes, mientras que en el helicóptero viajaban tres militares. Hasta el momento, se han rescatado al menos cuatro personas, que fueron trasladadas a hospitales, mientras los equipos de emergencia continúan con la búsqueda de más sobrevivientes.
Detalles del accidente y la investigación
El vuelo 5342 de American Eagle, que había despegado desde Wichita, Kansas, con destino a Washington D.C., se encontraba en aproximación final cuando ocurrió la colisión. Testigos en la torre de control reportaron haber visto una «bola de fuego» antes de que ambas aeronaves cayeran al agua.
El sistema TCAS (Traffic Collision Avoidance System), diseñado para evitar choques en el aire, no logró impedir el impacto, lo que sugiere una combinación de fallos en la cadena de seguridad aérea. La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) ha enviado un equipo de investigadores al lugar del siniestro para esclarecer las causas.
Por su parte, el FBI descartó indicios de terrorismo, aunque se mantiene alerta ante cualquier hallazgo que requiera su intervención. La Guardia Costera de EE.UU. y el Departamento de Seguridad Nacional se han sumado a las labores de rescate, enfrentando el desafío del clima frío, ya que la temperatura del agua en la zona es de aproximadamente 1,6°C, lo que reduce drásticamente las posibilidades de supervivencia de quienes cayeron al río.
Reacciones oficiales
El secretario de Defensa, Pete Hegseth, aseguró que el Departamento de Defensa sigue de cerca la situación y está listo para brindar asistencia. Desde la Casa Blanca, el presidente Donald Trump expresó sus condolencias y agradeció el trabajo de los equipos de emergencia.
American Airlines habilitó una línea de atención para los familiares de los pasajeros afectados. Mientras tanto, las operaciones en el Aeropuerto Nacional Reagan permanecen suspendidas hasta nuevo aviso.
La tragedia revive recuerdos del accidente del vuelo Air Florida 90 en 1982, cuando un Boeing 737 cayó en el mismo río tras despegar del aeropuerto Reagan, dejando un saldo de 78 víctimas fatales.