Silencio sugestivo. Desde anoche la UCR se encuentra en estado deliberativo pero en voz baja y, por ahora, lejos de los micrófonos y los medios. El DNU de Javier Milei que propuso una profunda e inédita apertura y desregulación de la economía planteó de manera prematura una prueba de fuego para la presidencia de Martín Lousteau. Deberá lidiar el senador ´por la Capital Federal con las necesidades financieras de los gobernadores de la UCR, las posiciones históricas institucionalistas y republicanas del partido, y el equilibrio para no quedar amontonados entre los opositores más acérrimos al gobierno, léase el kirchnerismo.
Lo cierto es que anoche Lousteau decidió enviar de manera urgente a los equipos técnicos del partido el voluminoso texto del decreto de necesidad y urgencia para que sea analizado de manera pormenorizada y se emita una conclusión que servirá de base para que la Unión Cívica Radical tome una posición orgánica. Son, entonces, dos definiciones clave: esperar para tener una opinión fundada y tener plantear una posición partidaria, según pudo saber Infobae.
Es la contracara de lo que pasó anoche, cuando no había terminado el día, y proliferaban las declaraciones de diputados, senadores y gobernadores del kirchnerismo que definían el DNU como el final del Estado de Derecho. De todas maneras, la primera lectura superficial del decreto también generaba rechazo en las filas de la UCR: “Hay inconsistencias”, decían anoche dirigentes de peso del partido.
Más allá de la decisión de no precipitar una definición sin estudiar a fondo el DNU y sus implicancias políticas, económicas e institucionales, dirigentes reconocidos del radicalismo plantearon miradas críticas sobre el decreto que anunció Javier Milei. Distinto a lo que ocurrió con Lousteau, el presidente del bloque de la Cámara de Diputados, Rodrigo De Loredo, el del Senado, Eduardo “Peteco” Vischi, y los cinco gobernadores Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Alfredo Cornejo (Mendoza), Gustavo Valdés (Corrientes), Leandro Zdero (Chaco), y Carlos Sadir (Jujuy). De ellos no surgió ninguna declaración pública.
“Opinar en caliente es opinar solo sobre títulos. A partir de la publicación del decreto, vamos a estudiarlo con la seriedad que pide a gritos el momento”, afirmó el diputado nacional Fabio Quetglas.
De todas maneras, una diputada identificada con Lousteau, Carla Carrizo, tuvo una definición clave: “Ni el ex Presidente Carlos Menem, que lideró un partido mayoritario cuando implementó el proceso de privatización y reforma del Estado lo hizo así. Porque en democracia, ni con Decretos de Necesidad y Urgencia se hace así. Suponiendo que la crisis económica habilita a privatizar la Constitución y vaciar de poder político y control institucional al Congreso Nacional. No. Así no”.
En la misma línea, se expresó otro integrante de Evolució, Martín Tetaz: “Me parece buenísimo el decreto desregulador del presidente Javier Milei, incluso muchos de los artículos como derogación de Alquileres, de abastecimiento o los registros automotores digitales, son proyectos que coinciden con los que presente en el Congreso. Pero Decreto no deroga Ley”. ¿Son definiciones que anuncian la postura de Lousteau? Por ahora, silencio.
La UCR, de todos modos, se mantiene dentro de Juntos por el Cambio, donde las posiciones son diversas y no hay una expresión monolítica frente al gobierno de Javier Milei y sus propuestas de gobierno. De hecho, el PRO se mantiene más cercano al presidente, le aportó funcionarios, mientras que la Coalición Cívica ya decidió retomar su individualidad política y expresó -tanto con el DNU como con otros temas- sus críticas al rumbo de la administración.
A diferencia de ese estado deliberativo, Kicillof y los senadores y diputados de la bancada de Unión por la Patria ya expresaron sus críticas. ”(Milei) se propone privatizar todo, desregular todo, destruir derechos de los trabajadores, arrasar con sectores completos de la producción, rifar los clubes de futbol y el patrimonio de los argentinos”, posteó el mandatario bonaerense en sus redes sociales. Y sostuvo que el presidente busca llevar a cabo “todo esto, sin pasar por el Congreso que podría sesionar y discutirlo” y consideró que “le faltó decir “democracia: ¡afuera!” No fue el único. Después sonaron las cacerolas.
Fuente: Infobae