Todo comenzó cuando Villarruel afirmó en redes sociales que percibe «dos chirolas» como vicepresidenta, señalando que su sueldo, congelado en 2,9 millones de pesos tras descuentos, no alcanza para cubrir los crecientes costos de vida, incluidos impuestos y prepagas. «Mi sueldo está congelado hace un año, y los gastos suben. No alcanza a nadie que viva de su sueldo con honestidad», comentó la vicepresidenta.
Villarruel también criticó las diferencias salariales dentro del Estado: «Gano menos que el presidente, los diputados, los senadores, ministros, jueces y diplomáticos. Esto es un desfasaje total en los sueldos», agregó.
La respuesta de Milei
El presidente, conocido por sus críticas al gasto público y su postura contra «la casta política», no tardó en reaccionar. Durante un encuentro con medios, Milei calificó las declaraciones de Villarruel como «desafortunadas» y acusó a la vicepresidenta de desconocer la realidad económica de los argentinos. «El 95% de los argentinos gana mucho menos que eso. El salario promedio es de 400 mil pesos, y el decil más alto alcanza 1,4 millones en promedio», sostuvo.
Milei también defendió su decisión de mantener los salarios del Ejecutivo congelados desde el inicio de su gestión, dejando claro que no habrá ajustes para equiparar el sueldo de Villarruel con el resto del gabinete.
Un reclamo contradictorio
La controversia se da pocos días después de que Villarruel anunciara la extensión del congelamiento salarial para los senadores hasta marzo de 2025, evitando así un aumento que llevaría las dietas de 7 millones a más de 9 millones de pesos. La medida generó críticas por su aparente contradicción con las recientes declaraciones de la vicepresidenta.