Las cifras no toman en cuenta el impacto de la devaluación post PASO: cuatro de cada diez argentinos son pobres según el INDEC. El índice de pobreza alcanzó al 40,1 por ciento de la población económicamente activa y la indigencia al 9,3 por ciento en la primera mitad del año.
El comienzo de la veda electoral para anuncios de gobierno que puedan incidir en los resultados de las elecciones generales coincidió con la publicación de un dato que incomoda al oficialismo: pobreza e indigencia. Son 18,6 millones de argentinos y argentinas que no alcanzaron a adquirir la canasta de productos básicos que determina la linea de pobreza durante el primer semestre del año.
La cifra perforó el techo de 40 por ciento que solo había sido superado en 2020, durante la pandemia. Por la aceleración de la inflación de los alimentos, la indigencia creció más en términos relativos, y alcanzó al 9,3 por ciento de las y los argentinos. Las estadísticas no incorporan el salto de 15 por ciento en el precio de los alimentos que se produjo tras la devaluación del tipo de cambio oficial post PASO.
«Es cierto que generamos empleo, pero también es cierto que el salario no alcanza. Es cierto que construimos Estado, pero también es cierto que no nos alcanzó para derrotar la pobreza«, admitió el ministro-candidato Sergio Massa minutos después de que se conociera el dato de pobreza durante un acto que compartió con Axel Kicillof en la localidad de Ensenada, Provincia de Buenos Aires.
El ministro de Economía sabía que la publicación de la cifra de Indec lo iba agarrar en el escenario, y resolvió que la primera reacción oficial del índice sea en tono autocrítico. Casi en simultáneo, Javier Milei y Patricia Bullrich lo enfrentaron en redes sociales.
En números
En el primer semestre del año la pobreza alcanzó al 40,1 por ciento de los y las argentinas, lo que implica un salto de casi un punto frente a la medición de fines de 2022 (39,2 por ciento) y de 3,6 puntos en relación con el mismo período del año pasado. La indigencia alcanzó al 9,3 por ciento y creció más de un punto con respecto al 8,1 por ciento de diciembre del año pasado. Son 18,6 millones de personas que no cuentan con los ingresos suficientes para adquirir una canasta básica total, y 4,3 millones a los que no les alcanza para comer.
El índice no tomó por sorpresa a analistas, que pronosticaban una suba en los niveles de pobreza producto de la mayor inflación, y particularmente de los más pobres entre los pobres, por la suba del rubro de los alimentos por encima del nivel general de precios mes a mes. «Los pobres no indigentes presentan un leve descenso y los pobres indigentes muestran un incremento mayor en términos relativos, lo que da como resultado, en conjunto, un aumento de la pobreza», especificó el Indec.
Al igual que cada semestre, el panorama se vuelve más preocupante al desagregar el indicador por edades. La pobreza impacta más en los niños: más de la mitad, el 56,2 por ciento, de los niños y niñas menores de 14 años son pobres. En la población de 65 años y más, en cambio, el 13,2 por ciento se ubicó bajo la linea de pobreza.
A nivel regional se observó un aumento de la pobreza en tres regiones y una reducción en otras tres. La indigencia, en cambio, aumentó en todas las regiones. Las mayores incidencias de la pobreza en personas se observaron en el noreste (42 por ciento) y Gran Buenos Aires, que abarca a la Ciudad de Buenos Aires y a los partidos del Conurbano bonaerense, (41,4 por ciento).
Las menores, por su parte, se registraron en las regiones patagonia (33,2 por ciento) y pampeana (36,8 por ciento). La indigencia alcanzó al 10,4 por ciento de la población en el GBA y creció casi dos puntos respecto a la medición anterior.
Inflación y empleo precario
La dinámica histórica local muestra que la pobreza e indigencia crecen al ritmo de las devaluaciones, la inflación alta, el desempleo, la caída del PIB, y los períodos de ausencia de implementación de políticas públicas para garantizar los derechos sociales básicos.
Los números lo confirman: si bien los datos del Indec comenzaron a publicarse en 1988, Agustín Salvia, el director del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA), asegura que los principales saltos de pobreza se dieron durante el plan de ajuste Rodrigazo (subió de 5 a 15 por ciento); luego de la hiperinflación de 1989 (12 a 40 por ciento); también durante el colapso de las políticas menemistas con la crisis de 2001(27 a 65 por ciento). En el último semestre del 2020, la crisis económica que desató la pandemia la pobreza saltó de 35,5 a 42,0 por ciento, y la indigencia de 8,0 a 10,5 por ciento.
Ante la consulta sobre la causa de la pobreza en la actual crisis argentina, el investigador del Cedlas Leonardo Tornarelli repara que, a pesar de la situación de desequilibrio fiscal, comercial e inflación, «la crisis actual todavía no es de esa envergadura», y atribuye como razón principal de la pobreza y la indigencia en Argentina a la inflación.
«La característica particular del proceso que se está dando este último año y medio, es que no sólo hay una inflación alta y creciente, sino que en el caso de la pobreza y la indigencia, las canastas de pobreza e indigencia aumentan a una velocidad aún mayor que la general. Entonces los trabajadores registrados pueden empatar el aumento de la inflación vía paritarias, pero igual pierden contra las canastas».
«Las causas de la pobreza son más bien estructurales y no coyunturales», complementa el investigador del Conicet Gonzalo Asussa, «esta es una crisis que no tiene la particularidad de haber disparado el desempleo, pero sí hay una situación estructural de déficit en la generación de empleo formal en el sector privado hace varios años. Y tanto en Argentina como en toda la región la informalidad ha sido una correa de transmisión constante y estructural de transmisión de la pobreza y reproducción de la desigualdad».
Lo que viene
La foto que publicó el Indec retrata el primer semestre del año cuando, aunque con inflación acelerada, todavía no había calado la incertidumbre electoral, ni la devaluación del tipo de cambio oficial post PASO. Los analistas coinciden en que el dato empeoró y puede llegar a superar los puntos máximos de la serie, que fueron durante la pandemia.
«Mi impresión es que ese dato, que vamos a poder estimar en diciembre con precisión, va a dar un salto importante. La inflación de julio y agosto, con las canastas alimentarias creciendo por encima de la inflación general, indican que la pobreza va a subir fuerte, al menos dos o tres puntos más. La pobreza podría llegar a estar por encima del pico que tocó durante la pandemia», asegura en diálogo Tornarolli.
«El proceso de aumento de la pobreza va a continuar a pesar incluso de que las medidas que ha tomado el gobierno para compensar un aumento desmedido de precios producto de la devaluación», complementa Salvia, «pero no resuelven el problema de la pobreza».
«No se trata tanto de si son 40, 45 o 47», retruca Asussa, «sino más bien de una dinámica que se viene sosteniendo hace varios años de apropiación cada vez más concentrada y pérdida de herramientas públicas para intervenir en esta concentración. No se puede resolver el problema de la pobreza sin tocar los ingresos concentrados, porque la pobreza no se produce de manera aislada, la pobreza y la riqueza se producen al mismo tiempo y el mercado tiene una dinámica que tiende a la concentración y a no atender necesidades que no están avaladas por ingresos económicos.
El NEA encabeza el ranking de pobres en Argentina
El economista Gerardo Alonso Schwarz arrojó luz sobre las preocupantes cifras de pobreza e indigencia en el Noreste Argentino (NEA), que recientemente fueron difundidas por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC).
Según Schwarz, las mediciones de pobreza e indigencia se basan en la Encuesta Permanente de Hogares, que se lleva a cabo en todas las ciudades de Argentina con más de 200 mil habitantes. Sin embargo, en el NEA, estas mediciones se restringen a ciudades específicas como Posadas, Corrientes, Resistencia y Formosa.
“La medición se basa en preguntas sobre ingresos y tiene en cuenta el ingreso declarado por las personas. Si este supera la canasta básica de alimentos, se considera a la persona como no pobre,” explicó. Además, señaló que la indigencia se refiere a las personas que ni siquiera pueden cubrir sus necesidades alimentarias mensuales.
Uno de los aspectos preocupantes que Schwarz resaltó es que la canasta básica no incluye el gasto en alquiler, un rubro significativo para muchas familias. “Lo que puede distorsionar las cifras de pobreza real”, advirtió.
El economista también hizo hincapié en que las mediciones no reflejan la devaluación del 22% que ocurrió el 14 de agosto, lo que llevó a un aumento significativo en los precios de los productos básicos. “Estamos viendo el resultado de años de distorsiones nocivas para la economía, que han afectado la inversión y la creación de empleo privado,” subrayó.
En relación con el empleo en el NEA, Schwarz mencionó que en los últimos años hubo una tendencia al crecimiento del empleo público y programas de asistencia social, mientras que el empleo privado mostró estancamiento. “En comparación con el segundo semestre del año pasado, la pobreza e indigencia en el NEA apenas han variado, pero la comparación debe hacerse con periodos similares,” explicó.
A nivel local, en Misiones, se observó un aumento del empleo privado, concentrado en sectores como el comercio minorista y mayorista, hotelería y construcción -relacionados con la obra pública-. Sin embargo, Schwarz advirtió que los salarios no lograron mantenerse al ritmo de la inflación, lo que generó un desequilibrio económico en la región.
Cuáles son las ciudades de la Argentina con mayores niveles de pobreza
Los seis aglomerados con mayor nivel de pobreza pertenecen a diferentes regiones del país. Cuáles son las que más empeoraron en los últimos meses
La inflación sigue destruyendo salarios y la Argentina tiene cada día más pobres. Según el Indec, cuatro de cada diez personas no ganan lo suficiente para cubrir el costo de una canasta básica mensual, lo que significa que se encuentran en situación de pobreza. Pero no todo el territorio nacional se encuentra en la misma situación; algunas ciudades tienen un índice bastante menor al promedio y otras se encuentran en una situación crítica.
Según el último estudio publicado por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, cada región tiene una ciudad que se diferencia del resto por sus altos niveles de pobreza. A nivel país, la de peor presente es Gran Resistencia (Chaco), donde el 60,3% de la población es pobre. Por supuesto, es también la de peores números del Noreste.
A nivel nacional, en segundo lugar se encuentra una ciudad de la región Pampeana. Se trata de Concordia (Entre Ríos), que alcanzó un índice de pobreza del 58,3% en el primer semestre de este año. Tercera en el ranking de pobreza aparece el Gran San Luis, de la región cuyana. En esa ciudad, el 47,3% de la población es pobre.
Aparecen en el cuarto puesto los partidos del Gran Buenos Aires, donde se encuentra casi un tercio de la población argentina. Según el Indec, el índice de pobreza llegó al 47% en la primera mitad de 2023, tras una suba de cinco puntos porcentuales en relación al mismo período del 2022.
Apenas por detrás, con un nivel de pobreza del 46,6%, aparece una de las ciudades del noroeste, la zona urbana de Santiago del Estero – La Banda, y en el sexto lugar se posiciona una de la Patagonia, Viedma – Carmen de Patagones (43,7%).
En el otro extremo, el aglomerado urbano con menor nivel de pobreza del país es Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), donde “sólo” el 17,3% de la población no puede acceder a una canasta básica total.
Están también por debajo del promedio las ciudades de Ushuaia-Río Grande (25,4%), Comodoro Rivadavia (28%), Formosa (29,7%) y Mar del Plata (31,5%), entre otras.
Otro dato interesante es que se encuentra bastante similitud entre las ciudades chicas y las ciudades grandes. Los números oficiales señalan que en el segundo semestre de este año los aglomerados urbanos de menos de 500.000 habitantes alcanzaron un índice de pobreza del 39,8%, mientras que los de más de medio millón de habitantes cerraron el período con un índice del 40,1%.
Las más golpeadas
Al momento de evaluar dónde hay mayor índice de pobreza, la torta está bastante repartida, pero la situación cambia cuando se analiza dónde empeoró más la situación en los últimos meses. Si bien a nivel nacional la cantidad de personas pobres saltó de 39,2% en el segundo semestre de 2022 a 40,1% en los primeros seis meses de 2023, hubo ciudades donde el nivel de ingresos de la población se desplomó y otras en las que mejoró.
De acuerdo a los datos publicados por el Indec, entre el segundo semestre del 2022 y primer semestre de este año, el índice de pobreza de Viedma-Carmen de Patagones aumentó 7,5 puntos porcentuales, pasando de 36,2% a 43,7%. Se trata de la zona geográfica en la que más impactó la pérdida del poder adquisitivo de los salarios.
Creció mucho también la pobreza en Gran Resistencia (6,3 puntos) y en Bahía Blanca (5,8 puntos). Se suman también a los de mayor incremento de la pobreza las ciudades de Gran Santa Fe (3,5 puntos porcentuales de aumento) y Concordia (3,1 puntos).
Fue muy diferente el escenario que se dio en ciudades como Corrientes, donde la pobreza se redujo 8,8 puntos porcentuales en el período analizado, pasando de 41,7% a 35%, siempre hablando de cantidad de personas. También fue fuerte la caída de los índices de pobres en Santa Rosa-Toay (-6,7 puntos porcentuales) y Ushuaia – Río Grande (-5,1 puntos), entre otras ciudades.
Es importante aclarar que, si bien se trata de variaciones muy marcadas, tanto al alza como a la baja, el Indec no hizo ningún cambio metodológico en la medición, por lo que los registros se deben únicamente a la evolución de la situación económica de las familias.
Un dato llamativo, es que hubo bastante paridad entre la cantidad de ciudades que empeoraron sus niveles de pobreza (18 de los 31 aglomerados urbanos) y aquellas en las que la situación mejoró (14 de los 31 aglomerados). La diferencia en el total general se dio porque entre las de mal desempeño aparecen algunas de las ciudades de mayor población del país, como Gran Buenos Aires, Gran Rosario, Gran Mendoza y Gran Córdoba.
Fuente: medios digitales