Las presiones sobre el tipo de cambio aún persisten, pero el gobierno decidió retirar al organismo del panorama pre-electoral. Esto ha llevado a las consultoras a realizar un análisis exhaustivo sobre el nuevo esquema cambiario, las metas fiscales y las reservas del Banco Central, aspectos que están siendo observados con atención por empresas, ahorristas e inversores.
Según la consultora Quantum, liderada por el economista Daniel Marx, el propósito de las devaluaciones sectoriales mediante la vía fiscal es reducir las importaciones de bienes y servicios, adelantar divisas por exportaciones regionales y aumentar los ingresos fiscales para compensar la caída debido a la sequía y la menor actividad económica. El acuerdo alcanzado con el Fondo Monetario Internacional (FMI) permitirá un desembolso de USD 7.500 millones para la segunda mitad de agosto, cubriendo servicios de capital e intereses hasta noviembre 2023.
No obstante, las presiones sobre el tipo de cambio persistirán y la revisión del acuerdo con el FMI en noviembre se llevará a cabo fuera del contexto electoral. Aunque las conversaciones con el FMI podrían definir un nuevo programa, no se prevé una flexibilización significativa en las restricciones de acceso al Mercado de Cambios debido a la continuación de las presiones sobre el flujo de divisas.
El nuevo esquema cambiario implica una devaluación del 24% respecto al tipo de cambio vigente antes de las medidas. Se espera que en el corto plazo haya una mayor liquidación de exportaciones gracias a la implementación del «dólar especial» para economías regionales, pero se estima que en el transcurso de 2023 será difícil mantener un flujo de liquidación positivo si se prevén cambios posteriores en el mercado cambiario.
En cuanto al efecto fiscal de las medidas, las consultoras Quantum y Equilibra tienen estimaciones similares. Quantum prevé una mejora de $544.178 millones (equivalente al 0,35% del PBI anual), mientras que Equilibra estima un aumento de ingresos fiscales en 0,4 puntos del PBI y proyecta un déficit fiscal primario similar al de 2022, alrededor del 2,4% del PBI.
Las reservas del Banco Central también han sufrido cambios significativos. Se redujo la meta de acumulación de reservas de USD 8.000 millones a solo USD 1.000 millones al final del año, lo que representa un 87,5% menos.
El panorama se complica aún más en 2024, ya que habrá un empinado calendario de vencimientos en pesos y dólares, lo que podría requerir operaciones de conversión (canjes) para extender los vencimientos y evitar problemas financieros y cambiarios. El esquema de vencimientos para ese año hace difícil que el próximo gobierno evite un «reperfilamiento» de la deuda.
En resumen, el nuevo esquema cambiario y las medidas fiscales anunciadas plantean desafíos significativos para la economía argentina en los próximos meses y años, y se requerirá una gestión cuidadosa para asegurar la estabilidad económica y financiera del país.
Con información de misionesonline