Ecuador enfrenta un clima de tensión creciente tras el asalto de pandilleros encapuchados y armados a las instalaciones de TC, una televisión pública en Guayaquil. En un acto audaz, los asaltantes, transmitidos en directo por El Noticiero, tomaron a los empleados como rehenes y exigieron a la Policía que se retirara mientras se escuchaban disparos y gritos.
El suceso no se limitó al asalto televisivo: la Universidad Nacional de Guayaquil también fue atacada, con reportes de secuestros y extorsiones. Además, se registraron explosiones cerca de instalaciones de seguridad en Esmeraldas y el secuestro de agentes policiales en varias ciudades, generando una crisis que llevó al presidente Daniel Noboa a declarar un «conflicto armado interno».
La escalada de violencia se desató tras la presunta fuga de Adolfo Macías, líder de Los Choneros, de una prisión y una serie de incidentes en cárceles ecuatorianas. Esto llevó al estado de emergencia y a la intervención militar para enfrentar el auge del crimen organizado. La situación se torna más preocupante con secuestros de agentes y una cadena de sucesos caóticos que mantienen al país en alerta.