Este mismo día, hace 35 años, se adoptó el Protocolo de Montreal, considerado uno de los acuerdos medioambientales más importantes para la humanidad.

Veamos cómo este acuerdo fue decisivo para la protección de la salud de nuestro planeta y de todas sus especies, al mismo tiempo que redujo los gases de efecto invernadero en la atmósfera.

¿Qué es la capa de ozono?

La capa de ozono es un fino escudo de gas situado en la atmósfera de la Tierra que protege el planeta, que absorbe los rayos ultravioleta (UV) del sol y ayuda a preservar toda la vida sobre el planeta. Sin embargo, la capa de ozono no es inmune a las dañinas actividades humanas. Un conjunto de gases de efecto invernadero producidos por los humanos conocidos como sustancias que agotan la capa de ozono (SAO), entre los que se incluyen los clorofluorocarbonos que se encuentran en los productos cotidianos, como aparatos de aire acondicionado, frigoríficos y envases de aerosoles, han destruido la capa de ozono.

 

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¿Por qué es importante?

Las consecuencias de cualquier daño en la capa de ozono son múltiples. Las SAO dañinas pueden hacer un agujero en la capa de ozono, lo que permite que los rayos UV impacten directamente contra la Tierra. Una exposición prolongada a la radiación UV amenaza la vida humana, provoca cáncer de piel, enfermedades oculares y otros problemas de salud y perjudica gravemente a la mayoría de los animales, plantas y microorganismos. Además, muchas de las sustancias que agotan la capa de ozono son potentes gases de efecto invernadero que contribuyen al cambio climático cuando se acumulan en la atmósfera y calientan el planeta.

 

Una crisis evitada: El Protocolo de Montreal y la Enmienda de Kigali

“Celebramos 35 años del éxito del Protocolo de Montreal para proteger la capa de ozono de la estratosfera contra las sustancias químicas sintéticas que también causan calentamiento climático» dijo el Secretario General Antonio Guterres en su mensaje para celebrar el día internacional.

El Protocolo de Montreal, que se adoptó en 1987 y entró en vigor en 1989, se considera uno de los tratados medioambientales más exitosos a nivel mundial. «Gracias a un acuerdo mundial, la humanidad ha evitado una importante catástrofe sanitaria debido a la radiación ultravioleta que se filtra a través de un enorme agujero en la capa de ozono», afirmó el Secretario General.

El Protocolo proporciona un conjunto de formas prácticas de eliminar las SAO, entre las que se encuentran la adopción de medidas estrictas a nivel mundial para controlar los productos que contienen estas sustancias químicas.

En 2016, el Protocolo se modificó en Kigali para eliminar también la producción y uso de los hidrofluorocarburos (HFC), que se convirtieron en un sustituto de las SAO, pero que resultaron ser más potentes que el dióxido de carbono y perjudiciales para el clima.

Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), gracias al acuerdo, se ha producido una reducción sustancial de las emisiones SAO en las últimas dos décadas, y existen pruebas de que la capa de ozono está cicatrizándose y podrá recuperarse a mediados de este siglo. Se espera que el agujero de ozono de la Antártida se cierre en la década de 2060, mientras que otras regiones volverán a los valores anteriores a 1980 incluso antes de esa fecha. Hasta la fecha se han eliminado de forma gradual cerca de un 99 por ciento de las SAO.

Asimismo los científicos han observado que los esfuerzos de protección de la capa de ozono han frenado de manera evidente el cambio climático evitando en torno a 135 mil millones de toneladas de emisiones de dióxido de carbono entre 1990 y 2010. Una reducción eficaz de HFC en la atmósfera puede evitar el aumento de la temperatura mundial en hasta 0,4 grados Celsius en 2100, mientras se contribuye a proteger la capa de ozono.

Para la humanidad, el Protocolo de Montreal habrá ayudado a prevenir 2 millones de casos de cáncer de piel a nivel mundial cada año hasta 2030 y se calcula que ha supuesto 1,8 billones de dólares en beneficios para la salud, sobre todo en tratamientos para el cáncer de piel.

«El Protocolo de Montreal está preparado para ofrecer cada vez más: proteger todas las formas de vida en la Tierra, creando un ambiente más fresco, y salvaguardando la biodiversidad para ayudar a alimentar a poblaciones en crecimiento» afirmó Inger Andersen, la directora de PNUMA, en su mensaje para conmemorar el día internacional.