El cónclave eligió este jueves, 8 de mayo, al cardenal Robert Francis Prevost como nuevo Papa. El prelado estadounidense, de 69 años, escogió el nombre de León XIV, evocando al papa León XIII, una figura asociada al compromiso social y a la apertura diplomática en la historia reciente de la Iglesia.
Nacido en Chicago el 14 de septiembre de 1955, Prevost fue hasta hace poco prefecto del Dicasterio para los Obispos, uno de los cargos más influyentes del Vaticano. Su elección representa una continuación parcial del legado de Francisco, con quien compartía una visión pastoral centrada en el servicio, el cuidado de los marginados y la presencia misionera. Aunque su perfil no era el más mencionado entre los favoritos del cónclave, fue considerado una figura de consenso tras varias votaciones sin mayoría clara.
Robert Francis Prevost, es un cardenal estadounidense de 68 años, nacido en Chicago y con una destacada labor pastoral en Perú. Fue elegido Papa en la cuarta elección del cónclave en el Vaticano y eligió como nombre León XIV.
Prevost ingresó a la Orden de San Agustín en 1977 y realizó sus votos solemnes en 1981. Fue ordenado sacerdote en Roma en 1982. Posee una sólida formación académica, incluyendo títulos en Ciencias Matemáticas, Divinidad y Derecho Canónico. En 1985, inició su labor misionera en Perú, donde trabajó en la formación de seminaristas y en roles pastorales y administrativos, destacándose por su compromiso con la comunidad y su liderazgo. Un perfil internacional con raíces latinoamericanas
Prevost, miembro de la orden de los agustinos, vivió más de 18 años en Perú, donde desempeñó funciones desde su congregación y, desde 2015, como obispo de Chiclayo. En 2023, el Papa Francisco lo nombró prefecto del Dicasterio para los Obispos del Vaticano y presidente de la Pontificia Comisión para América Latina.
Conocido por su carácter afable y enfoque moderado, Prevost combina experiencia pastoral, formación académica y habilidades de gestión. Su perfil discreto y su compromiso con las comunidades latinoamericanas lo han posicionado como una figura respetada dentro del Vaticano. Tras el fallecimiento del Papa Francisco en abril de 2025, su nombre era mencionado entre los posibles sucesores.
En 2014, el papa Francisco lo nombró administrador apostólico de la diócesis de Chiclayo, en el norte de Perú. Un año después fue consagrado obispo de esa diócesis, donde también se desempeñó como vicepresidente de la Conferencia Episcopal Peruana. Su papel fue relevante durante un periodo de inestabilidad política en el país, en el que los obispos buscaron mantener la institucionalidad democrática. Entre 2020 y 2021 fue administrador apostólico del Callao, y en 2023, el papa Francisco lo nombró prefecto del Dicasterio para los Obispos, encargado de supervisar el nombramiento de obispos en todo el mundo. En septiembre del mismo año fue creado cardenal.
Prevost es conocido por su estilo reservado, pero con buena recepción entre los obispos por su capacidad de escucha y síntesis. Compartía con el papa Francisco posiciones sobre temas como el medioambiente, la atención a los pobres y el acompañamiento pastoral de los fieles. Apoyó también la aplicación pastoral de Amoris Laetitia y la apertura a los divorciados vueltos a casar.
Sin embargo, su trayectoria ha estado marcada por algunas controversias relacionadas con la gestión de casos de abuso sexual en el clero. Una de ellas se remonta a su etapa como provincial en Chicago, donde se permitió que un sacerdote condenado por abuso residiera en una casa cercana a una escuela. Aunque Prevost no habría autorizado esa situación y el caso ocurrió antes de la Carta de Dallas, ha sido citado con frecuencia. Más recientemente, enfrentó cuestionamientos en Perú por su manejo de denuncias de abuso contra dos sacerdotes durante su mandato en Chiclayo. Las acusaciones incluyen retrasos en la investigación y un supuesto pago a las víctimas, aunque la diócesis defendió que Prevost actuó conforme a los protocolos canónicos y animó a las denunciantes a acudir a la justicia civil. .
El nuevo Papa también ocupaba cargos en siete dicasterios vaticanos y formaba parte de la Comisión para el Gobierno del Estado de la Ciudad del Vaticano, lo que indicaba la confianza del papa Francisco en su perfil organizativo y su criterio eclesial.
Con la elección de León XIV, la Iglesia Católica se prepara para una etapa de continuidad matizada, en la que se espera que el nuevo pontífice combine su experiencia misionera, su conocimiento del mundo latinoamericano y su prudencia institucional al frente de una Iglesia global enfrentada a desafíos internos y externos de gran calado.