Papo volverá con sus antiguas dueñas.
Conozcamos la historia que puede sentar precedente para futuros cambios o excepciones en las ordenanzas vigentes.
Gisela la primer dueña de Papo contó a Extraprensa.com
«En ese tiempo vivía en Eldorado 3, junto a Agustina, Mía, mi marido y Papo.
Papo dormía en nuestras camas, muy mimado, le teme a mucho a los rayos y truenos, no le gusta otros animales y es celoso de sus dueños además es muy intuitivo las nenas se enfrentaban y el estaba triste.
Vivíamos en un departamento bien arriba, pero mi vecino de abajo no quería saber nada del perro, él tenía también un perrito; según el vecino el pelo del perro tapaba toda la cañería y que le molestaba el perro, que no era lugar para tener un pitbull y empezó hacer denuncias en el Juzgado de Faltas y hasta que fueron los inspectores de zoonosis a mi casa y me dijeron que tenía que dar el perro sino la multa iba hacer muy grande.
En ese tiempo busque un alquiler pero me quedé sin trabajo y también en ese transcurso ya estaba separada, y el papá de las nenas no tenía lugar tampoco.
Nosotras teníamos que ir a vivir con mi mamá otra vez. Ella tenia una piecita y su quiosco, y sus dos perros que hoy sigue teniendo.
Busque una familia, tarde dos meses en hacerlo, no quería darle a nadie con chicos, quería una persona sola porque yo conocía el carácter del perro, era nuestro bebé desde los 45 días de nacer; entonces justo apareció este señor y tuvimos contacto con el una semana hasta que el perro lo conozca y se llevaban bien, parecía ser buena persona. También fui a ver adónde le iba a tener, era un lugar enorme con muro. El lo tuvo bien casi 3 años, después de las fiestas perdí contacto con él, no sé que pasó, pensé que en algún momento le iba a ver otra vez al perro. Hubo pertenencias de Papo que tuve que darle a mi mamá para su perro»
Papo en la veterinaria.
Cuando lo vimos no podíamos ni hablar. Vine acompañada de mi mamá. Reconocí al perro en la tele por unas marcas que tenía. Nos costo creer era él.
Cuando vivía con nosotros dormía en la cama, era uno más de la familia, todo el día estaba dentro de la casa, y lo sacábamos a pasear.
Cuando lo vimos internado lloramos, le pedí perdón a Papo (…)me arrepentí de haberlo dado…(…)»
El día que Papo volvió a ser feliz.
Se supo que las niñas también visitaron días atrás a Papo en la internación. Ese primer encuentro luego de lo sucedido no está filmado, no está documentado más que en la retina y en el corazón de todos los protagonistas de está historia.
Papo guardo en sus sentidos el olor dulce de sus hermanitas humanas, imaginen su exaltación y felicidad al saludarlas.
Esperando el Alta.
La entrevista con Gisela siempre fue en presencia de Agustina de 10, Mía de 6, sus hijas y ambas niñas nunca dejaron de mirar las puertas de la clínica veterinaria. Toda la entrevista se realizó en la vereda de la veterinaria S.O.S. de los doctores Elisa Wyss y Rodrigo Ramirez Videla quienes salvaron la vida de Papo.
Toda la previa que soportaba la ansiedad de las niñas para el nuevo encuentro con su hermanito canino se trataba de que el pitbull reciba su alimentación del día, medicación y desinfección de sus heridas que es aún una rutina para el mismo.
Las niñas esperaron en silencio y con una marcada ansiedad a simple vista todo antes del reencuentro con ese animal con el cual durmieron y jugaron un tiempo atrás.
El nuevo encuentro.
Papo en camilla de consulta se encontraba parado y expectante mirando hacia la puerta de salida, mientras comía galletas se mantenía tranquilo pero su cola se encontraba baja sin animosidad.
Por fin entraron las niñas con su madre dentro de la clínica y Papo alerta en todo instante vio a las chicas e intento todo en momento conectar miradas con las niñas y Gisela, la cola del can se convirtió en un péndulo.
Para que Papo vuelva a estar con sus hermanitas humanas.
«Se necesita materiales de construcción para levantar el muro…» dijo Gisela, «porque quiere agarrar otros perros, no es fácil la situación que uno pasa, la gente está confundida comprendo pero deben entender. Amamos a Papo»…
Manos a la obra por Papo.
Rescatistas y mascoteros junto a Diana Corti encargada de Zoonosis municipal intentan juntar dinero para mejorar el perímetro del del terreno del futuro hogar de Papo. Esta todo encaminado, si bien Papo esta de alta aún se le dará tránsito momentáneamente en la clínica y mientras se busca un hogar de tránsito para que se de tiempo a lo que halla que construir para el bien del can y luego se dará a ésta familia una segunda oportunidad.
Aclaremos que hasta el momento de decidir entregar a la antigua familia se busco siempre a quien adopte el perro, pero muchos solo manifestaron deseo
de adoptarlo y dieron excusas del porque no poder hacerlo.
Prima la felicidad de Papo.
Lloverán las críticas ante la devolución del can a la familia que se vio obligada a confiar y darlo en adopción pero, el perro tiene el corazón marcado de un recuerdo que tal vez lo hizo seguir viviendo: el amor a sus antiguas dueñas que hoy recibirán el seguimiento, apoyo y acompañamiento de zoonosis y de otros rescatistas y mascoteros que siempre velarán por el bienestar de Papo y su familia. Acompañamiento que antes no tuvieron o que no pudieron encontrar. Alguien que medie por ellos y vecino que denunciaba más de una vez, nadie que los guíe a una salida para que la familia completa salve el bienestar futuro y que nadie se pierda en ese camino de continuar, vivir y ser feliz.
AUDIO
Diana Corti- Zoonosis