En el marco del balotaje en Argentina, surge la interrogante sobre qué ocurriría en caso de un empate entre los candidatos. Aunque históricamente improbable, este escenario ha generado interés. En este tipo de elecciones, el ganador no requiere alcanzar un porcentaje específico, sino obtener la mayoría de votos. Si bien nunca ha habido un empate en la historia electoral del país, si se produce uno, se determinará al presidente por el candidato con más votos, aunque sea por un margen mínimo.
Para ser declarado ganador en el escrutinio provisorio, un candidato debe superar a su rival por más de 400 mil votos. En caso de que ninguno supere este margen, se considerará un empate técnico, y se deberá esperar el escrutinio definitivo para confirmar al ganador.
Los votos en blanco, aunque válidos, no se suman al porcentaje de votos afirmativos, mientras que los votos nulos se producen por errores al votar, como boletas cortadas o contenido adicional en el sobre. Esta distinción es clave en el recuento y refleja la variedad de expresiones en el proceso electoral argentino.