El presidente de la Asociación Hotelera, Gastronómica y Afines de Puerto Iguazú destacó el sostenido crecimiento en la afluencia de visitantes desde los países vecinos, en especial Brasil, ante la diferencia cambiaria, lo que a su vez potencia a la economía misionera
Las asimetrías económicas, con la creciente devaluación del peso en relación al real, hacen que cada vez más residentes de la localidad brasileña de Foz de Iguazú crucen la frontera en busca de productos y servicios en Puerto Iguazú, ya que por la diferencia cambiaria, en su país pagan hasta el doble o el triple que aquí.
Así, la localidad misionera de Iguazú suma a su tradicional destino turístico nacional e internacional su consolidación como polo comercial. En tal sentido, Diego Bruno, presidente de la Asociación Hotelera, Gastronómica y Afines de Iguazú (AHGAI) y propietario de locales de comida rápida, restaurantes y cervezas artesanales, destacó el posicionamiento de los productos argentinos, en especial los vinos, las cervezas y la gastronomía en general, que son del gusto del público brasileño, a lo que se añade la brecha cambiaria entre ambos países, lo que da como resultado un flujo comercial muy importante en la localidad.
El empresario desataco que aproximadamente el 30% de las personas que consumen los productos locales son de nacionalidad brasileña, una cifra que a su entender sería significativamente mayor aún si se agilizaran los trámites migratorios, lo que producirá un efecto multiplicador, ya que las actuales demoras desalientan a muchos otros potenciales visitantes.
Por su parte, Diego Buiatti, empresario que se dedica a la venta de vinos, destacó que el público de esos productos es tanto brasileño como paraguayo, sobresaliendo los primeros, a quienes se suman obviamente los residentes locales, que prueban varias marcas. En cuanto al público brasileño, Buiatti destacó que optan tanto por los vinos denominados económicos como los reserva y los de alta gama, aprovechando la brecha cambiaria. En la primera de esas horquillas se encuentran los vinos que cuestan entre $1.500 y $2.000, mientras que en Brasil se paga por el mismo producto entre $3.000 y $4.000.
Este aumento en el flujo comercial a Misiones desde los países vecinos de la mano de la cuestión cambiaria, potenciada esta semana por la corrida del dólar, hace que la reactivación en la pospandemia esté a toda marcha en localidades como Iguazú y presente incluso un potencial de expansión, vinculado desafío de contar con una mayor fluidez y dinamismo en el tramite migratorio, para evitar las demoras y aprovechar más aún las ventajas económicas que se tienen en esta zona fronteriza.
Fuente: misionesonline