El presidente Donald Trump tomó la decisión después del aumento de aranceles del 34 por ciento que Beijing aplicó a Washington como contramedida.
El presidente de Estados Unidos Donald Trump decidió este martes elevar los aranceles a China en un 50 por ciento, lo que, sumado a los incrementos previos, hará que la tasa total de gravámenes sobre las importaciones del país asiático llegue a un 104 por ciento a partir de este miércoles. La Casa Blanca confirmó la acción después del aumento de aranceles del 34 por ciento que Beijing aplicó a Washington como contramedida.
«Fue un error de China tomar represalias contra el presidente: cuando Estados Unidos recibe un golpe, él responde con más fuerza. Por eso a partir de la medianoche entrarán en vigor aranceles del 104 por ciento contra China», explicó la portavoz gubernamental, Karoline Leavitt, en una rueda de prensa.
Horas antes, Trump había dicho que Beijing quiere un acuerdo sobre aranceles desesperadamente, pero consideró que no sabe cómo empezar a negociar y recalcó que la Casa Blanca estaba esperando la llamada del mandatario chino, Xi Jinping, un mensaje que repitió la portavoz. «El presidente cree que Xi (Jinping) y China quieren llegar a un acuerdo, simplemente no saben cómo iniciarlo. El presidente también quiere que les diga a todos que si China hace un acercamiento para llegar a un acuerdo, será increíblemente generoso, pero que hará lo que sea mejor para el pueblo estadounidense», añadió Leavitt.
Esta partida extra se sumará a otro 24 por ciento que Trump había anunciado hace una semana. Estos volúmenes se superponen a su vez al 20 por ciento de impuestos aduaneros con los que el Gobierno estadounidense ya grava las importaciones chinas por lo que considera esfuerzos insuficientes para evitar la entrada de fentanilo en el país norteamericano y a otro 10 por ciento que Estados Unidos activó el sábado pasado contra todos sus socios comerciales.
«Acoso económico en estado puro»
El portavoz del Ministerio de Exteriores chino Lin Jian aseguró este martes en una rueda de prensa que las acciones de Washington no reflejan una voluntad genuina de entablar un diálogo serio. “Si Estados Unidos realmente quiere dialogar, debería demostrar una actitud de igualdad, respeto y beneficio mutuo”, sostuvo Lin, quien subrayó que, si el gobierno de Trump insiste en una guerra arancelaria sin tener en cuenta los intereses de ambos países y de la comunidad internacional, «China estará preparada para luchar hasta el final».
El vocero recalcó que la soberanía, seguridad e intereses de desarrollo de China no son negociables y advirtió que su país continuará tomando medidas firmes y contundentes para proteger sus derechos legítimos. “(Lo que hace Estados Unidos) es unilateralismo, proteccionismo y acoso económico en estado puro”, aseveró Jian, además de insistir en que no hay ganadores en una guerra comercial. “El pueblo chino no busca problemas, pero tampoco les teme”, agregó.
Jorge E. Malena, Doctor en Ciencias Políticas y Director del Comité de Asuntos Asiáticos Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI), explicó a Página/12 que la reacción del gobierno chino ha sido firme al imponer un arancel del 34 por ciento a las importaciones estadounidenses, restringir la exportación de materias primas críticas (como tierras raras y productos agrícolas) y presentar una demanda contra Estados Unidos ante la Organización Mundial del Comercio (OMC), argumentando que los aranceles impuestos por Trump violan las normas del comercio multilateral.
«Ante esta batería de medidas, puede inferirse que la reacción de China, en materia de la retórica, rechaza la ‘intimidación unilateral’ o ‘chantaje económico’ de la administración Trump. Además, al optar por medidas de represalia, Beijing evidencia que no es dependiente del comercio con Estados Unidos ni que modificará sus políticas ante presiones externas», señaló Malena. «Esta postura también pudo ser pensada en función de la política interna, al reflejar ante los ciudadanos chinos la firmeza del gobierno central», agregó.
Malena indicó que más allá del alcance económico, una guerra comercial entre Estados Unidos y China repercutiría en el incremento de la desconfianza mutua, la intensificación de la rivalidad estratégica, el esfuerzo en consolidar bloques regionales o continentales afines, la disminución de la cooperación en foros multilaterales y la escalada de las tensiones militares. «(También repercutiría) en la transformación de la narrativa internacional, ante un Estados Unidos que ha dejado de ser un impulsor del libre comercio y una China que se posicionaría como potencia benévola que promueve el multilateralismo, la no alteración de los flujos comerciales, etc.», añadió, además de decir que este panorama redundaría en la conformación de un orden internacional más fragmentado y antagónico.
Conversaciones entre China y Europa
Precisamente, el Primer Ministro chino Li Qiang mantuvo una conversación telefónica con la Presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. «Ambos creen que el abuso arancelario de EEUU ha causado severo impacto en el comercio internacional, y acordan estrechar cooperaciones entre China y Europa», afirmó el embajador chino en Colombia, Zhu Jingyang, en la red social X.
El Ejecutivo de la Comisión Europea indicó en un comunicado que Von der Leyen subrayó la importancia fundamental de la estabilidad y la previsibilidad para la economía mundial e instó a Li a resolver la situación actual mediante negociaciones, enfatizando la necesidad de evitar una mayor escalada. También dijo que la Unión Europea y China tienen la responsabilidad compartida de apoyar «un sistema de comercio mundial sólido, reformado, libre, justo y basado en condiciones equitativas».
La democristiana alemana también destacó que China tiene un papel fundamental para abordar posibles desvíos comerciales causados por los aranceles, especialmente en sectores ya afectados por la sobrecapacidad global. «Los líderes discutieron la creación de un mecanismo para monitorear posibles desvíos comerciales y garantizar que cualquier evolución sea debidamente atendida» y destacó «la urgencia de encontrar soluciones estructurales que permitan reequilibrar la relación comercial bilateral y garantizar un mejor acceso de las empresas, productos y servicios europeos al mercado chino», agregó el Ejecutivo comunitario.
Sobre el Canal de Panamá
En paralelo a esta conversación, el secretario estadounidense de Defensa, Pete Hegseth, dijo que su país no permitirá que China ni otro país amenace el funcionamiento del Canal de Panamá, a la vez que señaló que hay empresas chinas controlando algunos puertos. «Hoy en día, el Canal de Panamá enfrenta amenazas constantes. Estados Unidos no permitirá que la China comunista ni ningún otro país amenace el funcionamiento ni la integridad del canal», declaró en Panamá el líder del Pentágono durante la inauguración de un muelle para la policía aeronaval panameña, ubicado en la entrada del Pacífico de la vía interoceánica.
Hegseth llegó el lunes a Panamá para reunirse con autoridades y participar en una conferencia regional de seguridad, en medio de esas tensiones por el canal interoceánico tras las intenciones manifestadas por Donald Trump de recuperarlo. El mandatario ha argumentado que la presencia de un operador hongkonés en dos de los cinco puertos situados en torno al Canal suponen un control chino de la vía, por lo que EE.UU. debe volver a tenerla en sus manos en pos de su seguridad nacional. Inclusive, tildó de victoria de su Administración el anuncio de que el gestor de activos estadounidense BlanckRock acordó con la hongkonesa CK Hutchison la compra de los dos puertos, una transacción que se ha retrasado por una investigación del ente antimonopolio chino y que las empresas han desligado de aspectos políticos.
El presidente de Panamá, José Raúl Mulino ha respondido sostenidamente que el Canal «es y seguirá siendo panameño» y ha negado que China o cualquier otro país del mundo influya en su operación, que está en manos de la autónoma Autoridad del Canal de Panamá.
Brasil – 350 mil millones de dólares de reservas internacionales
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, aseguró que el país sudamericano tiene un «colchón» de reservas internacionales que le permite enfrentar las turbulencias financieras que provocan los aranceles a las importaciones de Estados Unidos. «En mis dos primeros mandatos (2003-2010) hicimos una acumulación de reservas internacionales que puede enfrentar cualquier crisis, incluso cuando el presidente Trump diga lo que quiera», aseguró el mandatario durante un acto en la ciudad de Cajamar, en el estado de Sao Paulo. «Brasil está seguro porque tenemos un colchón de 350.000 millones de dólares que nos dan cierta tranquilidad», reafirmó.
Lula da Silva dijo que en 2003, cuando asumió por primera vez, Brasil, la principal economía de América Latina, tenía problemas de endeudamiento y que logró ajustar las cuentas pagando 30.000 millones de deuda al Fondo Monetario Internacional (FMI) para dejar de depender de las orientaciones del organismo internacional.
«Brasil tenía problemas para crecer y en esos años pagamos al FMI y logramos crecer e hicimos reservas internacionales que siguen hasta hoy», explicó el mandatario de Brasil. La nación sudamericana recibió 10% de aranceles para todos sus productos que ingresen en Estados Unidos, luego de ser afectado, además, por el aumento de tarifas en las ventas al país norteamericano de acero y aluminio.
Esta semana, técnicos del Ministerio de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior debían reunirse en Washington con representantes estadounidenses de comercio para discutir el nuevo cuadro tarifario. La Argentina, por su parte, recibió un trato arancelario similar, aunque sufre, a diferencia del país vecino, una situación de reservas internacionales que se encuentran en un nivel negativo, lo cual deja a la economía local en una situación de enorme vulnerabilidad ante shocks externos, como el actual.
Alemania lanza un aviso por sus reservas de oro a Estados Unidos en Fort Knoxx: “Deben contar personalmente los lingotes”
Los políticos alemanes tienen dudas sobre las reservas de oro del país se encuentran a salvo en dominio de los estadounidenses.
Alemania lanza un aviso por sus reservas de oro a Estados Unidos en Fort Knoxx: “Deben contar personalmente los lingotes”. Alemania posee una de las reservas de oro más grandes de todo el planeta, aproximadamente cuenta con 1.236 toneladas de oro por un valor de 113.000 millones de euros, guardados en la bóveda de la Reserva Federal de Estados Unidos en Nueva York. Por tanto, ante la situación económica que se está viviendo actualmente, así como la tensión con Estados Unidos, los principales políticos alemanes se preguntan si su oro está a salvo en el país americano.
Los políticos no ven el oro a salvo
Algunos políticos ya han declarado que no sienten que la reserva de oro alemana esté a buen recaudo en Estados Unidos. En este sentido, el político saliente de la CDU, Marco Wanderwitz señala que es el gobierno alemán el que tiene que ejercer un papel más autónomo en la gestión de su patrimonio, en este caso el oro. Por otro lado, el eurodiputado Markus Ferber, de la CSU, pide más controles sobre el oro alemán almacenado en Estados Unidos. “Los representantes oficiales del Bundesbank deben contar personalmente los lingotes de oro y documentar los resultados”, afirma
En este sentido, investigador Björn Brey, de la Escuela Noruega de Economía, criado en Alemania, sugiere que el riesgo de salvaguardar todo el oro alemán en manos de Estados Unidos, es excesivo: “La Reserva Federal de Estados Unidos es independiente de la administración política y ha demostrado ser una institución estable. Creo que sería más prudente que Alemania vendiera parte de su oro con el tiempo, especialmente ahora que el precio del oro es alto”, señala. Además, el economista señala que Noruega vendió su oro en 2003 con fines estratégicos, fortaleciendo las reservas de divisas del Norges Bank.
El gobernador del banco central alemán elimina las preocupaciones
Joachim Nagel, gobernador del Banco Central Alemán, elimina todas las preocupaciones sobre la estabilidad del oro en Estados Unidos: Tenemos un socio de confianza en la Reserva Federal de Nueva York para almacenar nuestras reservas de oro. No me mantiene despierto por la noche. “Tengo plena confianza en nuestros colegas de la Reserva Federal de Estados Unidos”, declara.