Con el verano acercándose, el calor ya se hace sentir en toda la provincia de Misiones, desatando el movimiento en playas, ríos, arroyos y piletas mientras se vislumbra una preocupación: la carencia de guardavidas capacitados para cubrir la fuerte demanda de seguridad acuática.
Esta problemática se acentúa en Oberá, donde el Concejo Deliberante ha optado por suspender la aplicación de la Ley de Seguridad Acuática por al menos un año. La decisión surge ante la escasez de profesionales disponibles para supervisar los espacios acuáticos en la ciudad. Solo doce personas se presentaron para la prueba de suficiencia, una cifra insuficiente para cubrir todos los lugares habilitados.
Eldorado y otras ciudades del norte de la provincia enfrentan un escenario similar, luchando por encontrar personal calificado. Actualmente, solo 106 guardavidas con reválida aprobada trabajarán principalmente en Posadas, Candelaria y algunos en Oberá durante esta temporada.
Franco Bacigalupi, director de Seguridad Acuática de la provincia, reconoce el desafío en la zona centro, destacando la falta de formación de nuevos profesionales en Oberá en los últimos tres años. Esta situación no solo afecta a los municipios adheridos a la ley de Seguridad Acuática, sino también a aquellos que no cuentan con suficiente personal capacitado.
Para paliar esta carencia, se brindan capacitaciones a socorristas sin formación, proporcionando conocimientos básicos sobre prevención de ahogamientos y primeros auxilios. Sin embargo, Bacigalupi señala que algunos carecen incluso de habilidades básicas de natación, lo que compromete su capacidad para desempeñarse como guardavidas.
La provincia enfrenta el reto de generar una nueva escuela de guardavidas en el interior, ya que las dos instituciones existentes se encuentran en Posadas. La estabilidad laboral y la actividad anual son factores que inciden en la retención de profesionales en la región, pero muchos optan por trabajar en playas de Brasil después de recibir su formación.