Las empresas fraccionadoras de gas licuado de petróleo (GLP) han solicitado al gobierno nacional una actualización en los precios de venta de este combustible. Según la planilla de costos manejada por el sector, el precio de una garrafa de 10 kilos debería ser de $6,000, en comparación con el precio actual de alrededor de $3,500. Se espera que esta subida sea autorizada la próxima semana.
Pedro Cascales, presidente de la Cámara de Empresas Argentinas de Gas Licuado (Cegla), explicó que el precio de las garrafas está desactualizado y que están siendo forzados a operar por debajo de los costos de producción. Según Cascales, entre la inflación, los costos de transporte y las inversiones, los números simplemente no cuadran.
La última actualización de precios se realizó en agosto, y debido a la inflación, los precios están significativamente rezagados. El mercado del GLP está regulado por la Secretaría de Energía de la Nación, y cualquier aumento en los precios requiere su autorización.
Cascales subrayó que están vendiendo a precios que ni siquiera cubren los costos operativos. En este momento, una garrafa de GLP se vende a $3,500, lo que es tan económico como un kilo de queso o tres gaseosas.
El gas envasado en garrafas es esencial en regiones de Argentina que no tienen acceso al gas natural, como Misiones, Formosa, Chaco, Corrientes, y partes de Entre Ríos y Santa Fe. En total, alrededor del 40% de la población argentina, o 20 millones de personas, dependen de garrafas de GLP para su suministro de gas.
Cascales también destacó que el gobierno les debe aproximadamente $2,000 millones de subsidios correspondientes a los últimos tres meses del año pasado. En resumen, los precios han quedado muy por detrás de los costos operativos, lo que dificulta su sostenibilidad a largo plazo.
Con información de El Territorio