Durante un reciente operativo de inspección en el penal de Ezeiza realizado por el Servicio Penitenciario Federal (SPF), se descubrieron varios artículos no autorizados entre las pertenencias de los reclusos. En dos pabellones específicos, los agentes confiscaron un teléfono celular, varios cargadores, una máquina tatuadora casera y 22 objetos de metal con punta.
Simultáneamente, en la Colonia Penal de Candelaria, se llevó a cabo otro procedimiento donde se encontraron agujeros en el piso utilizados por los internos para esconder 40 botellas de bebidas alcohólicas. Estas bebidas, conocidas como «pajarito» en el argot carcelario, están elaboradas a partir de frutas fermentadas y se sabe que su consumo puede alterar el comportamiento de las personas.
Ante estos hallazgos, se procedió al decomiso de los elementos prohibidos y se tomaron medidas disciplinarias contra los internos involucrados en ambos penales.