El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha dado a conocer recientemente el informe de sus equipos técnicos, denominado «Staff Report», correspondiente a la quinta y sexta revisión del programa que mantiene con Argentina.
En dicho documento, el FMI evaluó que la situación económica argentina ha experimentado una creciente fragilidad desde la última revisión, marcada por episodios de mayor volatilidad en los mercados que han reflejado, en particular, incertidumbres políticas recientes.
A pesar de las pérdidas históricas en la producción agrícola, las exportaciones y los ingresos fiscales debido a la sequía, la actividad económica no agrícola ha demostrado resiliencia, lo que denota una demanda interna sólida, impulsada en parte por desvíos políticos.
El informe subraya que la inflación y las presiones externas se han intensificado, mientras que las reservas han disminuido a niveles peligrosamente bajos debido a la sequía y a ajustes de políticas insuficientes.
Los técnicos del FMI también destacaron que estas circunstancias contribuyeron a «desvíos y retrasos» en la implementación de políticas económicas. Además, enfatizaron que las tres metas clave establecidas, relacionadas con la acumulación de reservas netas en el Banco Central, el equilibrio fiscal primario y el financiamiento monetario del déficit fiscal, no se cumplieron en gran medida.
La directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, tras la aprobación de un desembolso de $7.500 millones por parte del Fondo, expresó que Argentina necesitará realizar «mayores esfuerzos» para cumplir con el programa acordado. También solicitó un fuerte respaldo político para el Gobierno actual y el próximo, y señaló la importancia de reducir el déficit fiscal, centrándose en la disminución de los subsidios.
El Gobierno se comprometió a realizar acuerdos salariales prudentes que conserven el poder adquisitivo, así como intervenciones limitadas y temporales en los mercados financieros de divisas, según lo requerido por el FMI. La posibilidad de intervención limitada en el mercado de divisas es una cuestión central en el acuerdo con el FMI, siempre y cuando no interfiera con la acumulación de reservas, cuyo nivel se considera peligrosamente bajo.
En relación con las metas fiscales, el Gobierno aseguró que está comprometido a mantener el orden fiscal y alcanzar el objetivo de déficit primario para 2023. Se mencionaron medidas para compensar la reducción de los ingresos por impuestos a la exportación debido a la sequía y se resaltó la importancia de actualizar las tarifas energéticas y controlar el gasto.
El informe también detalla que se cumplirá con las exigencias de Georgieva mediante la actualización de tarifas energéticas en línea con los costos de producción y mediante el control de los salarios del sector público. Se espera alcanzar un déficit fiscal primario del 0,9% del PBI para 2024.