En una escena desoladora, la capital correntina se vio sumergida en caos y destrucción tras un potente temporal que azotó la región durante la madrugada de este domingo. Con una intensidad de lluvia cuatro veces superior al límite de resistencia del sistema de drenaje fluvial, las calles se convirtieron en ríos, dejando a todos los barrios literalmente bajo el agua.
El Instituto Correntino del Agua y el Ambiente registró una precipitación de 190 milímetros por hora, cuando la ciudad solo puede soportar 50 milímetros. Esta descomunal lluvia, combinada con ráfagas de viento que alcanzaron los 38,6 kilómetros por hora, generó una situación caótica y sin precedentes en la zona.
Los estragos del temporal se hicieron evidentes con automóviles flotando en las calles inundadas y residentes desplazándose en pequeños botes improvisados. Además, se reportaron múltiples cortes de energía eléctrica debido a la caída de postes y cables.
A pesar de los esfuerzos por parte de las autoridades y servicios de emergencia, la situación se torna aún más preocupante con el pronóstico que indica que las lluvias continuarán hasta bien entrada la tarde.
La ciudad de Corrientes se enfrenta a uno de los desafíos más difíciles de su historia reciente, mientras la comunidad se une para hacer frente a las consecuencias devastadoras de este fenómeno climático.
(Con información de Diario Época, Libertador y El Territorio)