Qué consecuencias puede tener el potente fenómeno de El Niño que los científicos pronostican para los próximos meses.
Este fenómeno climatológico contribuyó al aumento del registro de las temperaturas globales, a la pérdida de bosques tropicales, al blanqueamiento de corales, a la generación de incendios forestales y al deshielo polar.

Ahora los científicos creen que ocurrirá y por eso están alertando sobre la posibilidad de que en los próximos meses se forme un Niño potente en un contexto en el que, además, está ocurriendo un calentamiento «brusco e inesperado» de los océanos, lo que en conjunto podría llevar la temperatura global a niveles de récord entre 2023 y 2024.
Pero ¿qué sabemos de este fenómeno y por qué preocupa?
Eventos extremos
El Niño es un fenómeno climatológico natural -no causado por el hombre- del que se tienen referencias, al menos, desde finales del siglo XIX.
» El Niño es básicamente un cambio en la fuerza y dirección de los vientos alisios que soplan de este a oeste en el océano Pacífico , que hace que el agua cálida que se encuentra en la parte occidental del océano Pacífico se mueva hacia la región central y este del Pacífico», le explica Ángel Adames Corraliza, profesor de Ciencias Atmosféricas de la Universidad de Wisconsin, a BBC Mundo.
No se trata de un cambio inocuo.
El experto señala que el movimiento de esas aguas cálidas propicia un aumento significativo de las temperaturas oceánicas del centro y el este del Pacífico.
«Las temperaturas oceánicas altas son más conducentes a aguaceros fuertes ya inundaciones. Y eso tiene consecuencias en el ciclo hidrológico de la costa oeste de América del sur, especialmente en Perú y en Ecuador. Incluso hay unos efectos directos en la circulación atmosférica que causan cambios en las condiciones del tiempo y en el clima en general tanto en Norteamérica como en Sudamérica y en otras partes del mundo también”, señala.

Adames asegura que esto genera preocupación, en especial, porque un Niño potente -como el que se está pronosticando para este año- suele estar asociado a eventos meteorológicos extremos .
«Estamos hablando de la posibilidad de ver eventos meteorológicos extremos que no ocurrirán a menudo, porque El Niño básicamente cambia el clima. Así que vemos cosas que no son habituales en las diferentes regiones. Esa es una razón para preocuparse», señala.
Este fenómeno meteorológico hace, por ejemplo, que en regiones muy lluviosas como el norte de Australia comienzan sequías y fuegos; mientras que en lugares como la costa oeste de Sudamérica, cuyo clima es seco y que es conocido por sus desiertos, se producirán fuertes lluvias.
«El primer impacto que se ve es el calentamiento fuera de las costas del Perú. Este año, si no se rompió el récord está casi por hacerlo. Está extremadamente cálido y hemos visto unos aguaceros con una intensidad y fortaleza que no se ven comúnmente, excepto cuando tenga esas temperaturas bien altas, cause tremendas inundaciones, deslizamientos y pérdidas de vidas y de recursos materiales ”, afirma Adames.
Explica que el desarrollo de El Niño, en especial si sigue aumentando la temperatura oceánica, suele llevar a cabo una temporada de huracanes más activa en el Pacífico oriental y central.
» Durante los años de El Niño hay mayor riesgo de huracanes para la costa oeste de México y para Hawái. Frecuentemente vemos huracanes o tifones que atraviesan el océano y ocurren huracanes más intensos en la región más al sur del océano Pacífico occidental. En contraste, la actividad de huracanes en el océano Atlántico disminuyendo», señala.
Adames indica que, aunque todavía es algo que se está estudiando, hay indicios de que El Niño tiende a causar sequías en el Caribe durante el verano boreal , emergedo lugares como Cuba, República Dominicana y Puerto Rico.

En ocasiones, esta sequía puede extenderse a América Central -de Panamá hasta Honduras, en especial-, así como causar ondas de calor en la región amazónica.
«En general, los impactos tienden a ser más de calor y sequía para Latinoamérica, pero los efectos más grandes tienen que ocurrir en la ladera occidental de los Andes y las montañas que predominan en América Latina. Así que estamos hablando de Lima y de todas las ciudades grandes que hay en esa región costera del lado del Pacífico de Suramérica que tienden a recibir impactos bien grandes en términos de aguaceros y calor», apunta Adames.
Refuerzo del calentamiento global
Aunque El Niño tiene un origen natural no relacionado con el calentamiento global causado por las actividades humanas, sí puede contribuir al aumento de las temperaturas en el planeta.

Este fenómeno climatológico se caracteriza por una liberación de calor del océano Pacífico hacia la atmósfera, a través de la cual se distribuye.
«Los años cuando ocurre El Niño tienden a ser más calientes de lo normal, así que si este año tenemos un Niño que posiblemente sea récord, o sea extremadamente fuerte, estamos hablando de un calentamiento de la atmósfera significativo que se va a estar sumando al calentamiento global causado por el ser humano ”, advierte Adames.
«La segunda mitad de este año -y más probablemente el año que viene- será un período extremadamente caluroso y con muchas olas de calor porque estamos hablando de un calentamiento por El Niño además del calentamiento causado por el ser humano. Así que posiblemente el 2024 o el final de este año, será uno de los más cálidos que hemos experimentado desde que se tiene n registro ”, agregó.
El Servicio Meteorológico de Estados Unidos (NWS, por sus siglas en inglés) emitió un aviso de alerta por El Niño, en virtud de que hay indicios tempranos que hacen probable que se desarrolle en los próximos meses.
De acuerdo con el NWS, hay un 62% de probabilidad de que este fenómeno se desarrolle entre mayo y julio de este año. También se estimaron en un 40% las probabilidades de que sea un El Niño «fuerte» .
Ángel Adames afirma que abril es un momento muy difícil para anticipar la aparición de este fenómeno, pero dijo que hay varias señales que hacen pensar que sí ocurrirá.
En primer lugar, apunta a las altas temperaturas que se han registrado fuera de la costa de Perú .
Explica que hay una serie de boyas colocadas en la región ecuatorial del Pacífico para medir la temperatura oceánica no solamente en la superficie, sino también en la profundidad, y en estos momentos todas están indicando un calentamiento que se estaría registrando desde la costa de Perú hasta casi llegar a la costa de Nueva Guinea. «Así que estamos hablando de un calentamiento mayor», destaca.
Un segundo indicador sería un cambio que se produjo hace algunas semanas en la dirección de vientos alisios a vientos del oeste. «Usualmente cuando los vientos cambian de dirección, eso acelera el desplazamiento de aguas calientes hacia la región este del Pacífico y eso es un indicativo bastante fuerte de que se está desarrollando El Niño», apunta.
El último indicador son los modelos de predicción climatológica. «En estos momentos, la gran mayoría de ellos están indicando que vamos hacia un Niño fuerte», agrega.
Advierten sobre la llegada del fenómeno climático “El Niño”: cómo podría afectar a Misiones
Se esperan eventos meteorológicos severos para los próximos seis meses en la región del centro este de Argentina, según advierten los climatólogos. El fenómeno de El Niño, que se produce por el calentamiento de las aguas del Pacífico entre Oceanía y Sudamérica, está consolidándose y se prevé que tenga al menos una intensidad moderada, aunque en el peor de los casos podría ser fuerte.
Meteorólogos y climatólogos confían en las predicciones del regreso del fenómeno de El Niño por primera vez desde 2019, que podría aumentar el calor en el aire y, especialmente, en el mar, en un planeta ya sobrecalentado. Después de tres años de enfriamiento persistente de La Niña, la fase fría opuesta de El Niño que influyó en el clima mundial, se espera que este régimen recientemente finalizado dé paso a una fase cálida en las aguas ecuatoriales del Pacífico durante los próximos meses.
En este sentido, existe un 60% de probabilidad de que las condiciones de El Niño regresen para el verano o principios del otoño del hemisferio norte. Los pronósticos de primavera (otoño 2024 en el hemisferio sur) aún son muy inciertos, pero varias agencias (ECMWF, Centro Europeo y BoM, Oficina Australiana de Meteorología) están anunciando un fuerte evento de El Niño.
El fenómeno climático del Niño se caracteriza por la intensificación de las lluvias y tormentas eléctricas, lo que aumenta el riesgo de inundaciones, caídas de rayos, granizo, vientos fuertes y tornados. El último gran tornado que afectó la provincia de Misiones, de categoría cuatro en una escala menor, ocurrió en 2009 durante un evento Niño en Paraje Santa Rosa, del departamento San Pedro.
“Las consecuencias que deja son de dos tipo: las urbanas (caída de postes de tendido eléctrico, de árboles, ramas, voladura de techos, inundaciones…) y las rurales (la producción también se ve afectada). El fenómeno de “El Niño” nos deja 100 milímetros de lluvia en una hora; no hay ciudad que aguante esa cantidad”, manifestó Favio Cabello, director de la OPAD (Oficina de Prevención de Riesgos ante Fenómenos Naturales).

Según los expertos, los eventos del Niño y de la Niña, que se produce por el enfriamiento de las aguas del Pacífico, están relacionados con un fenómeno macro climático que tiene su origen en el Océano Pacífico Sur. Durante la Niña, que se caracteriza por una disminución de las lluvias, se registran sequías en la región.
En la fase neutra, las condiciones climáticas son normales, pero en la actualidad, los índices marcan que el Niño está consolidándose rápidamente y se espera que perdure al menos hasta el verano. Los informes climáticos señalan que ya desde el invierno se podrían observar señales del calentamiento en el Pacífico, que comienzan a eclosionar en la región.
La región más afectada por los eventos meteorológicos severos sería la del centro este de Argentina, que abarca Misiones, Paraguay, Corrientes, Formosa, Chaco, Entre Ríos, Santa Fe, Córdoba y la provincia de Buenos Aires. Los climatólogos recomiendan estar atentos a las alertas meteorológicas y tomar medidas preventivas para minimizar los riesgos.

En un mundo en el que la tendencia al calentamiento global es antropogénica, un episodio intenso de El Niño podría llevar a la Tierra a temperaturas globales récord en 2023 o 2024.
“El calentamiento global viene a potenciar el fenómeno de “El Niño”. Hasta hace unos 20 años atrás, era decádico (cada diez años): teníamos un niño y una niña. Después del año 1997, eso quedó de manera irregular y se fue presentando cada dos o tres años. Hemos tenido dos niños seguidos y una niña que duró tres años, por primera vez en la historia”, expresó Cabello.
Fuente: BBC Mundo, medios provinciales