Rovira exigió a ministros y diputados que encuentren un precio mayor para la yerba mate. Será una acción provincial ante el desgano y la falta de acción del INYM. Pidió que a la brevedad se planifiquen medidas. Hay quienes creen que una interzafra de noviembre a febrero mejoraría los valores de la materia prima. Industriales preocupados por la competencia en las góndolas de molinos medianos y cooperativas.
El pasado jueves, en la previa a la sesión, el diputado y presidente del Frente Renovador, Carlos Rovira, reunió a funcionarios del Ejecutivo, intendentes y legisladores del bloque renovador, en un encuentro en el que además participaron productores y dirigentes del sector yerbatero de Misiones.
Estos últimos, plantearon el difícil momento que atraviesan, a partir de la inacción del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) que no hizo uso del amparo judicial para reunirse y fijar precios para el producto.
Visiblemente ofuscado, dijeron quienes fueron testigos a este Diario, Rovira exigió a ministros y legisladores que elaboren medidas que mejoren los montos por la materia prima, requieran o no de la intervención del Poder Legislativo.
En esa tarea, se encuentran los ministros Adolfo Safrán (Hacienda); Facundo López Sartori (Agro); y los diputados Martín Cesino y Juan José Szychowski, quienes realizaron diferentes análisis de incentivos para que los industriales y secaderos lleguen a pagar valores más altos.
De los $370 que hoy debería costar el kilo de hoja verde, apenas se pagan $170.
Entre las posibles medidas, está la creación de un beneficio impositivo que se aplicaría en impuestos provinciales (IIBB o Inmobiliario) que se descontaría a quien pueda demostrar que se paga el precio adecuado al productor. Se podría tomar el modelo que se aplica a otros productos en el país. Hoy, secaderos y molinos deben abonar 1,5% a la ATM y descontar solo ese porcentaje podría no ser atractivo para los industriales. “De ponerse un incentivo, tendría que ser rentable en un 20% para que los molinos paguen mejor y en menor tiempo”, arriesgó un especialista en el tema consultado.
La ventaja que tendría la Provincia, es que el INYM tiene a los productores yerbateros georreferenciados para conseguir monitorear la trazabilidad. Pero puede resultar difícil que el Instituto ceda la base de datos con la posición de que asumió bajo la presidencia de Nelson Dalcolmo que actúa según las instrucciones que dictan los directores por la molinería.
Mayor tiempo de interzafra
A partir del 1 de octubre y hasta el 30 de noviembre regirá la suspensión de las actividades de cosecha y secanza de hoja verde de yerba mate, tal como lo establece la Resolución 37/ 2007.
Una fuente oficial, aseguró que la interzafra debería extenderse por lo menos hasta marzo de 2025, siempre que exista un criterio común entre los productores y secaderos.
“Si se aplica durante seis meses, los industriales se van a pelear por conseguir hoja verde y no existe capacidad instalada para absorber toda la materia prima que estará disponible para entonces”, indicó la fuente, que fue también consultada sobre cómo se controlará el cese. “Los secaderos en número son controlables sobre su movimiento y contrabando de yerba dificilmente se dé. El problema sería un mercado negro paralelo”, advirtió.
Pero, otra vez, la medida debería adoptarla el INYM que se encuentra inmerso en un letargo en el que no pareciera importar el duro presente que tienen miles de productores yerbateros.
A su vez, habrá que pensar cómo compensar a los tareferos durante más meses de interzafra, ya que la Nación no está dispuesta a poner más dinero en subsidios.
Competencia en las góndolas
No serían pocos los industriales que observan con preocupación la “guerra de precios” que lanzaron las marcas de yerba mate molida, que pertenecen a molinos chicos y medianos.
“Si una primera marca cuesta $3.900 o $4.000, empezaron a aparecer paquetes por un kilo de los molinos regionales a $2.900 o menos. Eso viene resintiendo las ventas de los grandes”, admitieron quienes siguen de cerca la competencia.
Pero, además, esos grandes se quejarían que esos secaderos o cooperativas de menores volúmenes de producción y venta, habrían dejado de proveerles de yerba mate canchada, priorizando sus propios intereses”. Por esa razón se cree que es un buen momento para negociar una salida entre los diferentes eslabones en el sector yerbatero.
Derrumbe sin piso: el kilo tocó los 10 centavos de dólar
De alcanzar un promedio cercano a los 60 centavos de dólar oficial durante el 2023 (llegó a $370), el precio de la hoja verde de yerba mate que reciben los productores viene cayendo sin pausa durante los nueve meses de 2024. En septiembre muchos productores consultados aseguran que apenas reciben 10 centavos de dólar oficial, equivalente a 100 pesos, y en algunos casos menos.
El motivo principal es que el presidente Javier Milei eliminó, mediante el DNU N° 70, las facultades que tenía el INYM para establecer un precio mínimo de referencia, que servía a los productores para mantener su rentabilidad y era el precio que estaban obligados a pagar los grandes molinos y secaderos. Sin ese precio de referencia, el mercado quedó liberado como en los años 90, y las grandes industrias usan todo tipo de estrategias para pagar lo menos posible y maximizar sus ganancias: traen yerba de Paraguay, por ejemplo, algo que también dejó de tener control con el DNU.
“El precio (en secadero) ronda los $170 a “200, pero lo que están haciendo varios secaderos, prestadores de servicios, cuadrilleros, es ofrecerle $80 por kilo en planta al productor, ellos se encargan de cosechar y del flete, y al dueño de la chacra le dejan $80 por kilo”, explicó Cristian Klingbeil, productor de yerba y té.
“Es una verdadera catástrofe”, dijo y contó que “otra cosa que hacen algunas cooperativas y secaderos es darle para la cosecha y el flete al productor y lo que falta le pagan recién cuando se vende la canchada al precio que se consiga, es decir que estamos cada día un poquito peor”.
El ministro del Agro, Facundo López Sartori, impulsa una campaña para reunir firmas en change.org en busca de restituir las facultades del INYM. “Con tu firma, podés ayudar a que se escuchen nuestras voces en todo el país y proteger nuestro modo de vida, nuestros hogares y la economía local”, subrayó.
Sartori señaló que el INYM “es un baluarte en la protección y el apoyo a los productores. Su discontinuación podría amenazar la existencia de nuestra economía local y el bienestar de nuestros hogares”.
Y remarcó que “algunos molineros están pagando $60 pesos el kilo y el resto en cuotas, mientras que otros nos dan varios cheques posdatados a 60, 90 y 120 días. Desde enero el productor reclama unos $505 por kilo de hoja verde. Por eso necesitamos de tu ayuda, un precio justo”.
El INYM no solo proporciona una plataforma esencial para los productores, fijando un precio mínimo y controlando la calidad del producto, sino que también garantiza el mantenimiento de las tradiciones y prácticas de cultivo sostenibles y éticas.
Jonas Petterson, productor de la zona norte, manifestó: “Se podría decir que esta es la peor zafra después de los últimos 22 años en cuanto a precios”.
“En algunos casos están pagando el servicio de cosecha y flete a los productores y el resto todavía no se sabe cuándo ni cuánto les van a pagar”, indicó.
Héctor “Cacho” Bárbaro, productor y dirigente agrario, también indicó a este diario que “el año pasado el dólar blue en agosto estaba $600 y la yerba verde en planta nos pagaban “140 , el equivalente a 23 centavos de dolar”.
Agregó que “si tomo el dólar oficial de ese mes, estaba $350, entonces un kilo de yerba equivalía a 40 centavos de dolar”.
Explicó que “hoy nos pagan 100 pesos en planta, con el dólar blue a $1.350, equivale a 8 centavos de dólar”; y si tomamos el dólar oficial a $970, estamos hablando de 12 centavos” y agregó otro caso comparativo: “Una camioneta costaba el año pasado en julio $18.560.000, equivalente a 30.000 dólares. Quiere decir que con 160 mil kg de yerba te comprabas una camioneta. Pero hoy necesitas 500 mil kg, ya que la misma camioneta está 50 millones o 37 mil dólares”. Primera Edición