A tres días de la protesta de los vendedores informales de combustible de Encarnación (Paraguay) que salieron a reclamar por los controles y decomisos de gasolina sufridos en las últimas horas por parte de la Dirección Nacional de Aduana de Paraguay, la venta de combustible en las calles volvió a la normalidad.
Esta actividad comercial fuera de regulación se sustancia del combustible argentino que es cruzado al menudeo desde la apertura del Puente Internacional San Roque González, luego de la pandemia de COVID-19. La diferencia cambiaria beneficia a la moneda paraguaya (guaraní) respecto al peso argentino.
En una protesta que fue catalogada como “insólita”, los vendedores ambulantes de combustible que están fuera de toda norma e institucionalidad, exigieron a los organismos de control que no los controlen apelando a su “derecho a trabajar”.
En diálogo con un medio radial, el periodista encarnaceno Cristian Garay detalló que la protesta fue encabezada por “un grupo de personas que se dedican a la venta de combustible traído desde Posadas a Encarnación en vehículos de pequeño porte, que bloquearon la ruta nacional Paraguay 01, a muy pocos kilómetros de la salida a Encarnación en dirección a Asunción”.
Según detalló el comunicador, “cuestionan que el Municipio de Encarnación haya pedido a las autoridades de la Aduana y de la Fiscalía de Paraguay para comiencen los decomisos de los combustibles que se vendan de manera irregular en las calles de la ciudad”.
Denuncia penal
Además, precisó que se presentó una denuncia penal contra personas anónimas ante la Fiscalía para que, una vez que se realicen estas intervenciones en los puestos de venta de combustibles callejeros, se pueda tomar las identidades de esas personas para que sean procesadas por la venta ilegal y contrabando de combustible.
“La medida fue impulsada por una concejal de la Junta Municipal y, lógicamente, fue rechazada por este sector que se dedica a la venta irregular de combustible que decidió cortar la ruta. Exigen que no les pongan trabas a su trabajo y, en su defecto, que les garanticen otra actividad laboral que les permita sostener a sus familias”, relató.
Pese a los decomisos, los puestos de combustibles en las rutas PY 01 y PY 06, las calles de Encarnación, plazas e incluso en algunas viviendas familiares, continúan trabajando normalmente.
El gran problema social de fondo
No se trata solo de rotular con etiquetas a las personas que cruzan a Posadas para comprar combustible y venderlo en Paraguay. Es tan generalizada esta práctica en Encarnación que hay entre cuatro y cinco puestos por cada cuadra.
“Es una problemática social que, a mi entender, debe ser abordada desde el Gobierno nacional. No defiendo el contrabando pero la realidad es que en cada barrio de Encarnación podemos ver cuatro o cinco puestos de venta de combustible por cuadra, a veces en la calle, en kioscos u otros comercios, en viviendas, también hay puestos o mini estaciones de servicio en la ruta… ya ni le temen a los propietarios de estaciones de servicio porque incluso se instalan cerca y claramente hacen una competencia desleal contra las estaciones de servicio que tributan, generan mano de obra y cumplen los requisitos de seguridad”, analizó Garay.
En este contexto, admitió que el comercio informal de combustible “fue una salida económica para una ciudad cuya actividad comercial entró en una profunda crisis durante los dos primeros años de la pandemia”.
Colapso de las estaciones de servicios
La venta callejera de combustibles provocó el colapso de más del 70% de las estaciones de servicios de Encarnación y se perdió más de un centenar de puestos de trabajo en blanco.
“La venta de combustible en las estaciones de servicios se redujo un 90% desde la apertura del puente internacional. Por eso, las estaciones que aún no cerraron redujeron su personal, si antes tenían tres trabajadores hoy solo tienen uno que cubre desde las 6 de la mañana hasta las 20 horas, que es el horario de atención al público”, describió el periodista para quien más del 70% del parque automotor encarnaceno se mueve con combustible proveniente de Argentina.
No es casual que para cruzar a Posadas, la fila de vehículos supere siempre los tres kilómetros y “muchos de ellos cruzan para abastecerse de combustible y poder vender durante la Semana Santa”, indicó al tiempo que precisó que llenar el tanque en Paraguay cuesta el doble que en Argentina.
Una persona que hace tres viajes diarios logra un promedio de 140 litros de combustible para vender en la calle, “siempre si traen en el tanque común, no modificado”.
Fuente: Primera Edición