El presidente Javier Milei y la vicepresidenta Victoria Villarruel se han involucrado directamente en un reciente escándalo político surgido en el Senado argentino. Durante una reunión, ambos líderes instaron a la senadora de La Libertad Avanza (LLA) por Jujuy, Vilma Bedia, a tomar medidas sobre las contrataciones de familiares en la Cámara Alta. Este movimiento se produce en medio de crecientes críticas hacia Bedia, quien ha sumado a varios de sus parientes en diferentes cargos dentro del Senado.
El caso ha llamado la atención de la opinión pública y ha generado debates sobre la coherencia del discurso anticasta del partido, exponiendo contradicciones internas. Según fuentes cercanas al presidente, la postura es clara: «Vuelan todos los familiares». A pesar de los intentos por apagar el fuego de la controversia, los nombramientos de los familiares aún permanecen inamovibles.
Bedia, pastora evangélica y representante de LLA por Jujuy, ha contratado a 15 personas en su despacho, incluyendo a varios miembros de su familia. Entre ellos se encuentran sus hijos, sobrina y hermano, ocupando diferentes categorías y roles en la institución. Este escenario ha generado una fuerte presión tanto desde la Casa Rosada como desde la presidencia de la Cámara y la jefatura del bloque de LLA en el Senado, quienes consideran que estas contrataciones no están alineadas con el discurso promovido durante la campaña electoral.
El escándalo por las contrataciones familiares no solo afecta la imagen del partido, sino que también agrega tensiones al Gobierno en un momento político delicado. El presidente Milei recientemente enfrentó críticas por su manejo de los aumentos salariales en el Estado Nacional, lo que generó una controversia interna que terminó con la renuncia del secretario de Trabajo, Omar Yasin.