En la mañana de este jueves, se llevó adelante en la Parroquia Inmaculada Concepción de Eldorado una misa religiosa de acción de gracias y en reconocimiento a que el pasado 28 de agosto se cumpliera 18 años del fallecimiento del Cabo Post Mortem Javier Ignacio Alfonzo.
La celebración estuvo presidida por el párroco Capellán Cristian Losse y participaron el jefe de la Unidad Regional, Comisario Mayor Rubén Darío Duarte, segundo jefe, titulares de las dependencias y personal de las diferentes dependencias, donde además de bendecir a todos los uniformados pidieron por el bienestar de cada familia policial.
Posteriormente, junto a los familiares de este personal Policial que cayera en acto de servicio, en el cementerio la piedad se depositó en la lápida donde descansa Ignacio Alfonzo.
El hecho
Está es la crónica de la muerte del Policía Alfonzo: El lunes 29 de agosto de 2005, la Policía de Misiones tuvo ayer uno de sus días más amargos. Uno de sus integrantes perdió la vida al ser alcanzado por un escopetazo en el pecho en momentos en que intentaba calmar los ánimos en una fiesta familiar que había devenido en gresca. El fallecido, de 26 años, no tenía ni siquiera un año dentro de la institución, pues había entrado en sus filas en noviembre del 2004.
Horas después del trágico incidente, los uniformados detuvieron el presunto autor del crimen, un hombre de 31 años llamado Nicanor Olivera, quien se entregó cuando cayó en la cuenta de que la residencia de un amigo en la que se encontraba oculto había sido rodeada por policías.
La muerte del agente Javier Ignacio Alfonso habla de una escalada de violencia preocupante que se viene registrando en la provincia y que tiene a efectivos de la fuerza de seguridad como víctimas.
Sin ir más lejos, este fin de semana, en distintos episodios acaecidos en la zona Centro, otros cuatro funcionarios fueron agredidos. Y hace casi siete días, los suboficiales que se encontraban en la guardia del destacamento de Oro Verde (en las afueras de Puerto Rico) fueron sitiados por una turba que quiso atacarlos enojada porque el baile del que había estado disfrutando terminó abruptamente y acusaban de ello a la Policía.
Ayer a las 0.35, el Comando Radioeléctrico de Eldorado recibió un llamado de auxilio, proveniente del barrio Sarmiento, kilómetro Seis. Quien se comunicó, avisó que allí se estaba produciendo una riña en el escenario de una fiesta familiar.
Los uniformados fueron a ver y se enteraron de que la batahola la habían provocado personas en estado de ebriedad que habrían intentado ingresar en el predio donde se realizaba el festejo.
Producto de la gresca, un hombre y su hijo resultaron heridos, por lo que debieron ser trasladados al hospital Samic.
Parte de la patrulla fue hasta el centro asistencial, mientras que el resto (Alfonso y su colega el cabo David Nacimento) quedó apostado en el lugar de la pelea.
Ataque desde una esquina
Una vez que el móvil abandonó el vecindario, los dos efectivos que quedaron a vigilar oyeron disparos. Estaban siendo atacados por alguien que desde una esquina oscura había abierto fuego contra ellos.
El agente Alfonso quiso guarecerse, pero no tuvo suerte. Un escopetazo le dio en el lado izquierdo del pecho, a la altura del corazón. No tenía puesto el chaleco antibalas.
“Otro (impacto) fue recibido por otra persona, que no fue lesionada de gravedad en razón de que el proyectil le dio a la altura de la cintura y fue frenado por el cinto y el pantalón de jean”, explicaron voceros de la Unidad Regional Tres.
El compañero del herido, el cabo Nacimento, repelió la agresión disparando con su pistola reglamentaria hacia el sitio de donde provenían los tiros.
Alfonso fue asistido minutos después.
Lo llevaron de urgencia al hospital, pero los médicos constataron que ya había fallecido. Se cree que expiró casi en el acto, porque los perdigones le dieron de lleno en el corazón.
Conocido el triste final del policía, la UR III, con su jefe, el comisario mayor Ricardo Esteban Zarza, a la cabeza, montó un operativo en el que trabajaron todas las comisarías que actúan bajo su órbita, más el Comando y las demás divisiones. También participaron hombres del Escuadrón X “Eldorado” de la Gendarmería Nacional y de las delegaciones Eldorado y Montecarlo de la Prefectura Naval Argentina.
Nicanor
Todas las sospechas apuntaron hacia Nicanor Olivera, domiciliado en el barrio Sarmiento. El hombre, tras el ataque a escopetazos, había desaparecido llamativamente. Hubo testigos que incluso aseguraron haberlo visto huyendo con un arma de grueso calibre en sus manos.
A las 6.45, los investigadores cercaron una casa del asentamiento Somrau, en el kilómetro Trece. El inmueble es propiedad de un conocido del hasta entonces prófugo.
El buscado permaneció adentro unos minutos. Después se rindió ante lo inexorable. Decidió entregarse al notar que la construcción había sido rodeada por efectivos del Comando Radioeléctrico y de la Brigada de Investigaciones.
El hombre terminó preso, acusado del delito de “homicidio simple”. Podría recibir penas de entre 8 y 25 años de cárcel.
Los uniformados también decomisaron la escopeta calibre 36 con la que habrían matado al agente. El arma será sometido a una serie de pericias.
La causa será tramitada en el juzgado de Instrucción Penal Dos, a cargo de María Teresa Ramos.
Anoche, toda la fuerza de seguridad provincial estaba de luto. En el sepelio del efectivo estará presente hoy la cúpula de la institución. Javier Ignacio Alfonso será despedido con todos los honores.
Casado y con un hijo
El agente Javier Ignacio Alfonso ingresó en la Policía el 16 de noviembre de 2004. Lo destinaron a la División Comando Radioeléctrico de Eldorado.
Tenia 26 años. Estaba casado con Ramona Gabriela García, con quien tenía un hijo de cinco años, Tomás Facundo.
El efectivo provenía de una familia ligada a la fuerza. Su padre es el sargento primero retirado Ignacio Alfonso. Su madre se llama Julia Isabel Ramírez.
Tenía seis hermanos, dos de los cuales son policías.
El velatorio se realiza en la funeraria Misiones, sita en Calle Cristianssen del kilómetro Nueve de Eldorado. Sus restos serán inhumados en el cementerio La Piedad hoy a las 10.
La Jefatura ya habría dispuesto un ascenso pos mortem para homenajearlo.