Luciana Oklander es Doctora en Ciencias Biológicas de la UBA e investigadora del CONICET. Hace 15 años dejó Buenos Aires para instalarse en Misiones. “Siempre me preocupó la conservación. Cuando estudiaba a los monos carayá negros y dorados en Corrientes escuchaba cerca de ellos las motosierras. Entonces empecé a pensar que si no hacíamos algo, iban a desaparecer”, recordó.
Y ese llamado a la acción la presentó a la Tierra Colorada, “donde sabía que el Alouatta guariba o carayá rojo estaba en una situación muy complicada”.
El aullador colorado pasó a ser el eje de su trabajo. De hecho, lo sigue siendo ellas y hace algunas semanas romperán otro paso importante junto a todas las instituciones que están trabajando para salvar a la especie, entre el Ministerio de Ecología y Recursos Naturales Renovables.
La investigadora coordinó el taller “Evaluación del manejo poblacional para la conservación del mono aullador rojo (Alouatta guariba) en la provincia de Misiones”, que se inició en el marco del VII Congreso Nacional de Conservación de la Biodiversidad, realizado en Puerto Iguazú entre el 24 y el 26 de abril organizado por el IMIBIO, la UNaM y la Fundación Azara.
“Estos monos son los centinelas de la fiebre amarilla. Es una enfermedad que los mata. Así nos enteramos los humanos que la fiebre amarilla está en la zona. En el brote de 2009 la mortandad de aulladores rojos fue enorme. Pensamos que se habían extinto. Hasta 2014 no volvimos a tener noticias de ellos. Ese año nos organizamos para ir a buscarlos y encontramos algunos grupos”, explicó Luciana. La búsqueda no fue sencilla, tuvo un rol fundamental un perro alterado aportado por la investigadora estadounidense Karen Dematteo.
Añadió que después de ese brote se hizo un entre profesionales que concluyó que era probable que el encuentro fuera imposible que la población del Alouatta guariba se recupera sola, sin intervención del humano.
En 2019, se puso en marcha el Plan Nacional de Conservación de Primates, para el que Oklander fue convocada. El aullador rojo es uno de los temas principales.
“Llegamos así al Taller hecho en Iguazú, donde hubo de distintas áreas, distintas miradas. Pero fue fundamental la intervención de los facilitadores llegados del Brasil de la Unión Internacional por la Conservación de la Naturaleza. Ellos están experimentados en poner en conjunto saberes distintos para llegar a puntos específicos. Así pudimos trabajar en cuatro estrategias de manejo:
• Reintroducción
• Rescate
• Refuerzo de población
• Ex situ (actuaciones para la conservación de especies y poblaciones que se desarrollan fuera del ambiente natural)”, comentó Luciana.
“Manejo es cuando el humano interviene de manera activa para salvar una especie. En este caso, la situación es tan crítica, ya que se estima que apenas hay 50 monos aulladores rojos o menos en la provincia, que el objetivo del taller era ponernos de acuerdo en trazar el plan de manejo más adecuado”, añadió.
Finalmente, en el plenario se concluyó que las cuatro estrategias descriptas podrían ser utilizadas en Misiones con el carayá rojo. “Nos falta aún información para elaborar el plan definitivo. Tenemos una idea de qué es lo que hay que hacer, ahora debemos pensar. Hay que encarar relevamientos exhaustivos para sumar los datos que faltan sobre las poblaciones de la especie en áreas naturales protegidas”.
En el cierre del taller se conformó un comité para la planificación de las acciones de manejo que se necesitan para salvar al carayá rojo. “Somos una vez integrantes, de diferentes instituciones. La coordinadora es la Directora de Fauna del Ministerio De Ecología, Stella Maris Brodzicz”, completó la investigadora.
El Alouatta guariba está “en Peligro Crítico”, según la categorización de mamíferos de Argentina (Resolución MAyDS 316/2021). Fue depositado como Monumento Natural en la provincia (Ley Provincial XVI – Nº 56; antes Ley Nº 3.455/1997) con el fin de lograr su protección, seguimiento y recuperación numérica de sus poblaciones. Esta especie, endémica del Bosque Atlántico de Argentina y Brasil, está reconocida como uno de los 25 primates más amenazados del mundo. Oklander y los demás profesionales están ante un enorme desafío.
Las fotos de los ejemplares que acompañan la nota corresponden a: Julio César Bicca-Marques, Jorge Anfuso y Mariano Pairet.