Se agrava la falta de insumos para estudios e intervenciones cardiológicas. Primero comenzó con la falta de stents, luego la de hilos coronarios y ahora la de líquido de contraste para estudios. Atañe a todo el país tanto en el ámbito público como en el privado, advirtió a la FM de las Misiones el vicepresidente del Colegio Argentino de Cardioangiólogos Intervencionistas (CACI).
El Colegio Argentino de Cardioangiólogos Intervencionistas (CACI) manifestó este martes mediante una carta abierta su preocupación por la escasez de insumos esenciales para intervenciones y estudios cardiológicos como stents y sustancias de contraste a causa del régimen de retenciones a la importación.
En ese marco, para conocer la gravedad de la situación, el vicepresidente del CACI, Juan José Fernández, dio más detalles: “Estamos con pocos materiales en cardiología intervencionista y van viniendo de a poco, empezamos con problemas con los stents, después siguieron cuerdas coronarias y después los contrastes, son tres insumos que utilizamos a diario”, comenzó explicando.
Entre otros implementos, de utilización frecuente en las prácticas médicas por cateterismo, escasean stents, que son los dispositivos que se utilizan en la angioplastia para sostener el flujo sanguíneo que se encontraba obstruido. También hay faltantes de distintos componentes como catéteres que se introducen en el interior de la arteria y material de contraste para guiar el procedimiento, entre otros.
A su vez, según lo explicó el especialista, se trata de una faltante que se da por igual en el sector público y privado.
Si bien desde el CACI presentaron un reclamo hace semanas y obtuvieron una reunión con el secretario de Comercio de la Nación, que se comprometió a destrabar la situación, según el doctor Fernández el problema aún no fue resuelto y la situación a nivel país es preocupante.
“Realmente por el momento sigue en parte sin solucionar, algunos insumos vuelven a estar, algunas compañías de stents vuelven a tener, pero todavía tenemos problemas con material de contraste y cuerdas coronarias, que son generalmente utilizadas para procedimientos mas dificultosos y al momento no están ingresando”, agregó el médico.
Un problema de suma gravedad
El problema adquiere real gravedad si se tiene en cuenta dos cuestiones: la primera que tras la falta de insumos médicos hay personas que aguardan (y dependen de) cirugías complejas, y segundo que las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en la Argentina y en el mundo.
“La verdad es que no se cuanto tiempo se puede aguantar. Yo trabajo en varios servicios donde estoy viendo esta falta de materiales y lo vamos arreglándolo como podemos pero la realidad es que hay miedo de quedar desabastecidos y cómo respondemos a eso”.
Además, indicó que como cardiologos intervencionistas atienden pacientes que en su totalidad tienen cuadros complejos ya que requieren intervención.
“La consecuencia a veces es la peor, para que se den una idea el cardiólogo intervencionista trabaja con pacientes muy graves como pacientes con infartos agudos que requieren y necesitan ese material y si no tiene tenemos insumos no podemos resolver un infarto con la posibilidad de pérdida del paciente”, agregó Fernández.
En relación a eso, cabe recordar que según el último reporte de Estadísticas Vitales del Ministerio de Salud de la Nación, en 2021 se registraron en el país 107.403 fallecimientos por las enfermedades cardiovasculares, incluyendo las hipertensivas, isquémicas del corazón, insuficiencia cardíaca, enfermedades cerebrovasculares, ateroesclerosis y demás enfermedades del corazón y del sistema circulatorio.
Finalmente, pese a la gravedad de la situación, el médico se mostró optimista al afirmar que, cuando haya voluntad de ocuparse puntualmente de este tema, la solución no debería tardar más de un mes a lo sumo.
El pedido de los Cardioloangiólogos Intervencionistas
En la nota abierta formalizada y difundida por el Colegio Argentino de Cardiólogos Intervencionistas, los médicos argumentaron que tras el reclamo presentado “la situación, lejos de comenzar a solucionarse, se mantiene sin cambios. Las autoridades no demostraron haber escuchado el reclamo mayoritario de las diferentes sociedades médicas que representan a un sector que está gravemente afectado por una situación que pone en riesgo la calidad de la atención de los pacientes, especialmente de aquellos casos con riesgo de vida, como sucede con las enfermedades cardiovasculares”.
Así lo enunció el doctor Martín Cisneros, presidente del CACI, en la carta difundida. A su vez, indicó que “no poder actuar sobre la urgencia coronaria con la realización de una angioplastia primaria o con neurointervencionismo -en el caso de un ataque cerebrovascular-, puede traer aparejadas consecuencias gravísimas como un aumento de la discapacidad asociada al episodio o directamente un incremento de la mortalidad
Por otra, parte la nota incorporó la opinión del cardiólogo Alejandro Palacios, ex presidente del CACI, quien manifestó que toda esta situación grafica que la salud no es una prioridad en nuestro país ya que la medicina está desatendida, y no por los propios médicos, “que hacemos esfuerzos sobrehumanos, sino por el propio sistema y por las autoridades que deben velar por brindar un servicio de calidad a la población”.
Según Palacios, en gran medida, esa es la causa por la cual tantos médicos emigran a trabajar al exterior.
Por su parte, el cardioangiólogo intervencionista Marcelo Halac, secretario del CACI, explicó que “50 años atrás, el único recurso para tratar el infarto y las obstrucciones vasculares cuando se estaban transitando los primeros pasos era el by-pass coronario. Hoy la cardioangiología dispone de la posibilidad de realizar procedimientos de revascularización mínimamente invasivos como una angioplastia, que le permiten al paciente volver a su casa en el día o luego de una noche de internación, y retomar sus tareas habituales en menos de una semana. Sin embargo, muchas veces nos encontramos con que nos faltan elementos fundamentales para llevar a cabo estos procedimientos. Estamos a punto de retroceder 50 años en la atención del infarto”.
Para cerrar el pedido hicieron énfasis en la urgencia de revertir la situación y que las autoridades sanitarias tomen cartas en el asunto. Primera Edición