En una decisión que sorprendió a algunos pero que venía gestándose tras crecientes tensiones internas, el Ministro de Salud, Mario Russo, presentó su renuncia alegando «razones estrictamente personales». Sin embargo, fuentes cercanas al gobierno sugirieron que su salida estuvo motivada por diferencias de criterio, principalmente en torno a la distribución de vacunas contra el dengue y la asignación presupuestaria dentro del ministerio.
Russo será reemplazado por el cardiólogo Mario Lugones, una figura con una destacada trayectoria en el sector privado de la salud, conocido por su papel al frente del prestigioso Sanatorio Güemes y su trabajo en la Fundación Güemes, dedicada a la investigación médica y la formación profesional. Lugones, además, es un hombre de confianza del asesor presidencial Santiago Caputo, lo que facilitó su ascenso dentro del equipo gubernamental.
Tensiones dentro del Ministerio de Salud
La renuncia de Russo se produce tras un periodo de crecientes tensiones dentro del Ministerio de Salud, agravadas por la gestión de la epidemia de dengue que afectó a Argentina en los últimos meses. Fuentes cercanas indicaron que las discrepancias entre Russo y otros funcionarios clave giraban en torno a la distribución de vacunas, que algunos sectores del gobierno consideraban favorecedoras para la Ciudad de Buenos Aires en detrimento de otras provincias.
Las críticas por la falta de repelente y la insuficiente distribución de vacunas en áreas más necesitadas del país se hicieron sentir en el ámbito público, exacerbando la presión sobre Russo. En particular, un tuit del exministro de Salud Daniel Gollán, que denunciaba un supuesto acuerdo entre Javier Milei y Jorge Macri para beneficiar a la Ciudad de Buenos Aires en la asignación de vacunas, puso más leña al fuego. Además, el diputado Pablo Yedlin también cuestionó la falta de equidad en el reparto de vacunas, aumentando la controversia en torno a la gestión de Russo.
El ascenso de Mario Lugones
El nombramiento de Mario Lugones, que se oficializó poco después de la renuncia de Russo, era algo esperado en los círculos gubernamentales. Lugones, con un perfil bajo pero influyente, ya había sido considerado como una figura clave detrás de escena en el Ministerio de Salud desde el inicio de la gestión de Milei. Su experiencia en la medicina privada, junto con sus lazos cercanos con Caputo, lo posicionaron como el candidato ideal para tomar las riendas de la cartera en este momento de desafíos sanitarios y políticos.
El comunicado oficial destacó la «extensa carrera» de Lugones en el ámbito de la salud, subrayando su papel como presidente del Sanatorio Güemes y fundador de la Fundación Güemes, enfocada en la docencia y la investigación médica. Aunque su perfil público ha sido discreto hasta ahora, su conocimiento y experiencia en la gestión de salud serán fundamentales para enfrentar los desafíos que presenta el Ministerio de Salud en este periodo.
Un Gabinete en constante movimiento
Russo es el segundo ministro que deja el Gabinete en lo que va de 2024, siendo precedido por Guillermo Ferraro, exministro de Infraestructura, quien fue desplazado en enero. A diferencia de lo ocurrido con Ferraro, la salida de Russo se manejó como una decisión propia, aunque las tensiones dentro del Ministerio de Salud y su relación con otros sectores del gobierno parecen haber jugado un papel clave.
Con el dengue nuevamente en el centro de la agenda sanitaria, y las crecientes expectativas sobre la gestión de las próximas campañas de vacunación, la llegada de Lugones promete ser un cambio importante en la política de salud del gobierno de Milei. Resta por ver cómo enfrentará estos desafíos y si logrará mantener el equilibrio entre las demandas de las provincias y los intereses de la Ciudad de Buenos Aires, tema que ha sido fuente de tensiones dentro del propio gobierno.