Temen que el asteroide que iba a impactar contra la Tierra, ahora lo haga en la Luna. Nuevas mediciones del Telescopio Espacial James Webb de la NASA estiman que hay posibilidades de que choque en 2032, pero contra el satélite natural terrestre. Cómo podría afectar a nuestro planeta
El mismo asteroide que en febrero de este año generó alarma por su posible colisión con la Tierra vuelve a ser noticia, pero por una razón diferente: según nuevas observaciones del telescopio espacial James Webb (JWST), existe la posibilidad de que impacte contra la Luna en diciembre de 2032.
Esta roca espacial, identificada como asteroide 2024 YR4, fue considerada inicialmente un “asesino de ciudades” debido a su tamaño y a la probabilidad —en su momento estimada en un 3,1%— de que chocara contra la Tierra. Sin embargo, datos más recientes han descartado esa amenaza, aunque han revelado una nueva posibilidad intrigante: su trayectoria podría llevarlo a colisionar con nuestro satélite natural.
El hallazgo del asteroide y la evolución de su amenaza
El 2024 YR4 fue descubierto en diciembre de 2024, cuando astrónomos identificaron que su órbita cruzaba regularmente la de la Tierra, lo que encendió las alertas. Con un diámetro estimado de entre 40 y 90 metros, se perfilaba como un objeto potencialmente peligroso. Un impacto en nuestro planeta habría liberado una energía equivalente a 500 bombas de Hiroshima, suficiente para devastar una ciudad entera.
Inicialmente, la probabilidad de colisión con la Tierra para el 22 de diciembre de 2032 era del 3,1%, un porcentaje preocupante en términos astronómicos. Sin embargo, estudios posteriores realizados por la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA) permitieron recalcular su trayectoria con mayor precisión, reduciendo el riesgo de impacto a niveles prácticamente nulos.
A partir de ese momento, el foco de la comunidad científica cambió: el interés ya no estaba en el posible peligro para la Tierra, sino en entender mejor la naturaleza del asteroide y evaluar su posible interacción con la Luna.
El papel clave del telescopio James Webb
El telescopio espacial James Webb (JWST), el observatorio más avanzado de la humanidad, fue utilizado para estudiar el 2024 YR4 con mayor detalle. A diferencia de los telescopios terrestres, que solo pueden captar la luz reflejada en la superficie del asteroide, el JWST tiene la capacidad de medir el calor que emite, lo que permite determinar con precisión su tamaño, composición y rotación.
En marzo de 2025, el James Webb llevó a cabo su primera observación detallada del asteroide. Los datos revelaron que su diámetro es de aproximadamente 60 metros, algo mayor a lo estimado inicialmente. Además, los estudios térmicos indicaron que su composición es más rocosa de lo que se creía, lo que cambia la manera en que se calcula su resistencia ante un posible impacto.
Fue en este proceso de análisis que surgió un nuevo hallazgo: la posibilidad de que el 2024 YR4 choque contra la Luna en diciembre de 2032, con una probabilidad estimada del 2%.
¿Qué pasaría si el asteroide impacta en la Luna?
A diferencia de una colisión en la Tierra, un impacto en la Luna no representaría ningún peligro para nuestro planeta. La superficie lunar está en constante bombardeo de meteoritos y pequeños asteroides, que han dejado innumerables cráteres a lo largo de su historia.
Sin embargo, un choque con un objeto del tamaño del 2024 YR4 sería un evento sin precedentes en tiempos modernos. Se estima que podría crear un cráter de hasta 2 kilómetros de diámetro, lo que brindaría a los científicos una oportunidad única para observar en tiempo real la formación de un cráter lunar.
La astrónoma Julia de León, del Instituto de Astrofísica de Canarias, explicó:
«Si impacta contra la Luna, no representará ningún peligro para nosotros, pero sí nos daría una oportunidad extraordinaria para estudiar cómo se forma un cráter en la superficie lunar y sus efectos a corto plazo.»
Por su parte, el astrónomo Diego Bagú destacó: «Se trata de un asteroide relativamente pequeño. Si impacta en la Luna, podría levantar una gran cantidad de escombros, pero no tendría efectos significativos en la Tierra. Solo en el caso de un asteroide mucho mayor podríamos preocuparnos por una desestabilización lunar, pero este no es el caso.»
Una oportunidad científica única
A lo largo de su historia, la Luna ha sido testigo de innumerables impactos, como lo demuestra el enorme cráter Polo Sur-Aitken, de 2.400 km de diámetro. Sin embargo, la posibilidad de observar en vivo el impacto de un asteroide de 60 metros ofrece una oportunidad científica sin precedentes.
El profesor Alan Fitzsimmons, de la Queen’s University de Belfast, resaltó la importancia del evento: «No tendría ningún efecto en la Tierra, pero nos permitiría estudiar por primera vez la formación de un cráter lunar causado por un asteroide conocido.»
Mientras tanto, la comunidad científica seguirá monitoreando la trayectoria del 2024 YR4 en busca de datos más precisos. En mayo de 2025, el JWST realizará nuevas observaciones que ayudarán a refinar los cálculos sobre su posible impacto con la Luna.
Más allá del desenlace, el estudio de este asteroide representa un avance crucial en la astronomía y la defensa planetaria, mostrando cómo la tecnología moderna nos permite comprender mejor los objetos cercanos a la Tierra y anticipar eventos cósmicos de gran relevancia.