En un seminario organizado por la Universidad de Harvard, el asesor presidencial se cruzó con tres académicos argentinos que cuestionaron al gobierno de Javier Milei. “Ahora se debaten temas que antes eran tabú”, dijo. “Hay que empobrecer a los grupos de interés para ganarles la pelea”, dijo Federico Sturzenegger en un seminario organizado por la Universidad de Harvard
El asesor presidencial y autor intelectual del mega DNU de desregulación y la ley ómnibus, Federico Sturzenegger, defendió la marcha de las medidas económicas del gobierno de Javier Milei en un seminario de la Universidad de Harvard y aseguró que la manera de vencer la oposición de los “grupos de interés” que pulsean por frenar esas dos iniciativas es “empobrecerlo” y “drenarle los recursos”. “Si lo hacés, tenés una chance de ganarles la pelea”, dijo el ex presidente del Banco Central.
Sturzenegger participó este martes de un debate online organizado por el Centro de Estudios de Latinoamérica David Rockefeller que pertenece a la Universidad de Harvard y que llevó como nombre “La disruptiva presidencia de Javier Milei: ¿Hasta dónde puede llegar?”. Moderado por el politólogo y profesor norteamericano Steven Levitsky, también formaron parte los académicos argentinos Sebastián Etchemendy (UTDT), el constitucionalista Roberto Gargarella y Carla Yumatle (UTDT).
Los tres panelistas realizaron marcadas críticas a la visión política y económica del gobierno libertario, mientras que Sturzenegger recogió el guante y defendió ante el resto de los participantes la acción del Poder Ejecutivo. Los cuestionamientos centrales estuvieron relacionados al mega DNU que anunció Milei en sus primeros días de gestión y la ley ómnibus que naufragó en el Congreso.
Sturzenegger, que si bien no tiene nombramiento oficial como funcionario actúa desde el inicio del mandato de Milei como uno de sus asesores principales en materia de desregulación de la economía, planteó que la legitimidad del presidente está relacionada al mandato de la sociedad para cambiar “un sistema que se hizo más fuerte” en el último medio siglo.
“¿Por qué tiene que cambiar? El problema es que Argentina es demasiado estable. ¿Qué quiero decir? Para algunos la Argentina luce más como un desastre, pero si uno mira una foto de los líderes de los sindicatos de ahora y de hace 40 años, vemos a las mismas personas, no metafóricamente, mismos nombres y apellidos. Lo mismo con los líderes de negocios. Que además son todos varones”, dijo el ex presidente del BCRA.
“Hay un status quo que creó un sistema para extraer rentas en su favor. El partido peronista es un partido conservador, de grupos de interés, que buscan apropiarse de renta del resto de la sociedad. Eso funcionó contra la sociedad y Milei sintió que ese es el mandato que tiene”, continuó. “No podemos normalizar cosas como que los sindicatos se llevan 4 o 4,5% del salario de un trabajador. O que comprar ropa en Argentina sea algo de lo más caro del mundo. O en la pesca, en que hay pocos jugadores que pagan pocas regalias”, enumeró, en referencia a sectores desregulados por el mega decreto.
“¿Cómo cambiarlo? Si controlan los medios, las calles, el Congreso a través del lobby. Una posibilidad es empobrecer a los grupos de interés. Drenarle los recursos. Si lo hacés tenés una chance de ganarles. La desregulación es un programa político para cambiar la estructura de poder y hacia dónde van los recursos. (Los grupos de interés) se apropian del salario, de impuestos, particularmente de los pobres”, dijo Sturzenegger.
Respecto al DNU, dijo que “hay muchas más discusiones sobre el contenido que sobre la forma. Se basa en dos cosas: incrementar la competencia y proveer libertad a la gente”, y que la ley ómnibus preveía “la mayor reforma de educación en 50 años” y con reformas en “mercados de credito, cultura, justicia, seguros, transporte, y poderes delegados”, al Ejecutivo. Además, destacó que buscaba atacar “los llamados fondos fiduciarios, que son cajas negras de la política”.
Tras la caída de ese proyecto de ley, Sturzenegger dijo que el tratamiento parlamentario estuvo enmarcado en “una pelea sustancial por fondos fiscales” con los gobernadores. “En el fondo de ese debate, eso nos puso en espera del apoyo del proyecto. La ley fue materia de negociación y así funciona la democracia”, dijo. “Mi lectura es que la democracia floreció. Con mayoría kirchnerista nada sucedía en el Congreso. Hoy tenemos un Gobierno con amplio apoyo pero con minoría parlamentaria. Eso (la negociación) pasó en los últimos días de una manera que no vimos en muchos años en la Argentina. Eso es muy positivo”, continuó el funcionario, por el momento sin cartera.
“Es una democracia real en que el Presidente tiene que negociar con el Congreso. Mucha gente se sorprende, pero es parte del proceso natural de la democracia. Otra cosa positiva es que el Gobierno pudo proponer debates que eran tabú y que antes no se discutían. Tenés un Gobierno que funciona totalmente dentro de la ley, que tiene una visión muy fuerte y quiere ir hacia ahí, lo que fuerza el funcionamiento de la democracia. Es un proceso que va a tener éxitos y fracasos, pero mantiene su norte estable. Es el comienzo de un viaje largo, el Gobierno está muy decidido y la democracia encontrará una forma de moverse hacia adelante”, cerró.
Los otros tres participantes criticaron con dureza el proceso político y económico que desató la llegada del presidente libertario a la Casa Rosada. Para Etchemendy, “en los primeros dos meses no vemos una pista de un plan de estabilización. Ni siquiera un anteproyecto, solo un intento de un ajuste fiscal. El gobierno apuesta a una estrategia ortodoxa típica inflacionaria”, mencionó el politólogo.
“¿Se requiere primero un ajuste fiscal? Puede ser cierto, pero no hay un signo mínimo a un abordaje más complejo. No hay un plan consistente para una dolarización tampoco. Lo que tenemos es una redistribución del poder desde las clases populares y la clase media hacia los grupos concentrados económicos”, dijo el académico de la UTDT.
Gargarella, por su parte, cuestionó el protocolo antipiquetes de la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, además de la legalidad del DNU y el megaproyecto de ley. “El proyecto perdió el status parlamentario por un error extremadamente grave. Se olvidaron del cómo, a lo que se debe hacer para seguir los procedimientos del Congreso”, dijo. “(El Gobierno) está mostrando su ignorancia respecto a la ley”.
Y sobre el DNU y la posibilidad de un freno judicial ante la Corte Suprema, Gargarella disparó: “De nuevo, lo dije tanto como podría. Van conduciendo un auto contra una pared. Los jueces te van a decir no y una y otra vez, y parece que no les importa”.
Por su parte, Yumatle (UTDT), discutió con Sturzenegger sobre si Milei comprende las necesidades de la sociedad. “Está bien tener una persona democrática que diga que no les gustan las dimensiones colectivistas de la democracia porque interfieren con resultados eficientes. ¿Pero entonces qué? Ni siquiera hago un juicio de valor sobre eso. Lo que digo es, ¿cuáles van a ser tus prácticas? ¿Cómo vas a transformar eso? ¿Vas a hacer llevarse a toda esa gente y ponerlos a todos en un cohete a la luna? Ni siquiera Macri hizo eso”, disparó.
Sturzenegger y el resto de los panelistas se trenzaron en un ida y vuelta durante algunos minutos. Gargarella puntualizó sobre la legalidad y apego a la Constitución de la acción de gobierno de Milei. Etchemendy aseguró que la forma en que el DNU pretende desregular un sector es desmantelándolo por completo, en referencia específica a los cambios regulatorios a la pesca.
“Nuestra estrategia es proveer competencia y así podés llegar a derrotar a ese sistema que se hizo más fuerte en los últimos 50 años. Si la forma es tan relevante, deberían haber dicho lo mismo sobre todos los DNU. Nadie se quejó de los otros. Puede ser constitucional o no, puede ser desafiado en la justicia o en el Congreso, y está sujeto al control de los otros poderes”, replicó Sturzenegger. “No es una reforma pro negocios sino pro mercado. Un ambiente más competitivo. Ahora todos compiten. La contraseña es ‘competencia’, no beneficiar a otros grupos”, concluyó. Infobae