La relación bilateral entre Argentina y Paraguay ha experimentado una serie de tensiones en las últimas semanas, exacerbadas por decisiones políticas que parecen contradecir la lógica económica.
El conflicto comenzó con la implementación de un peaje por parte de Argentina en un tramo de la Hidrovía, seguido por la retención de barcazas paraguayas debido a pagos pendientes. Ahora, un nuevo punto de fricción ha surgido en relación con la energía generada por la Central Hidroeléctrica Yacyretá.
El gobierno paraguayo ha tomado la decisión de retener el 50% de la energía que anteriormente vendía a Argentina desde Yacyretá. Sorprendentemente, esto va en contra de los intereses económicos de Paraguay, ya que la energía de la represa de Itaipú es más económica que la de Yacyretá. Esta movida se interpreta como una declaración política, aparentemente en represalia por el peaje impuesto por Argentina.
Aunque el acuerdo vigente permite a Paraguay utilizar hasta el 50% de la energía generada por Yacyretá, históricamente solo había utilizado alrededor del 10% de esta capacidad. Con esta nueva política, Paraguay ha comenzado a consumir una parte considerable de su cuota. Esto significa que la energía que solía venderse a Argentina a un precio significativo ahora podría ser vendida a Brasil, aunque a un precio menor, lo que supone una pérdida económica para Paraguay en aras de una decisión política.
La Secretaría de Energía de Argentina ha declarado que, debido a las condiciones climáticas actuales, no es necesario buscar un nuevo proveedor de energía. Sin embargo, esta situación podría cambiar con la llegada del verano y el aumento de la demanda energética.
En medio de estas tensiones, es importante señalar que durante una reciente visita del ministro de Economía argentino, Sergio Massa, a Asunción, se acordó el pago de una deuda de más de 100 millones de dólares que Argentina mantenía con Paraguay relacionada con el consumo y flujo de energía de la represa de Yacyretá. A pesar de este acuerdo, las tensiones persisten y podrían tener repercusiones en el suministro de energía en el futuro.