En la localidad de San Ignacio, la comunidad se moviliza en busca de esclarecer el trágico fallecimiento de Graciela Soto. El caso, que conmocionó a la ciudad, aún se encuentra envuelto en incertidumbre y sospechas. Graciela Soto, de 49 años, fue hallada sin vida en su domicilio el pasado viernes, en circunstancias que apuntan a un posible femicidio.
El esposo de la víctima, un sargento de Gendarmería Nacional, se presenta como un testigo sospechoso en el caso, aunque no se han encontrado pruebas contundentes para su detención. La marcha convocada para este martes por vecinos, familiares y allegados de Graciela Soto busca poner presión sobre las autoridades para que se esclarezcan los hechos y se haga justicia.
La investigación ha revelado detalles que arrojan dudas sobre la versión presentada por el esposo de la víctima. A pesar de que él asegura haber encontrado a su esposa ya sin vida al regresar del trabajo, pericias y testimonios sugieren una situación más compleja. La autopsia determinó que la muerte de Graciela ocurrió en horas de la mañana, contradiciendo el relato del esposo.
Además, se han recabado testimonios que señalan episodios de violencia y celos extremos en la relación entre Graciela y su esposo, así como una separación previa motivada por infidelidades. Estos antecedentes han alimentado las sospechas de la comunidad sobre la implicación del esposo en el fallecimiento de Graciela.