“Hace dos o tres años me puse en contacto con uno de los especialistas del Malbrán, quien me dijo que hacía más de 20 años que no enviaban yararás del departamento Colón”, dijo a El Entre Ríos Jaime Borda, responsable de la reserva provincial.
“Cada vez que podemos atrapar alguna la depositamos en contenedores y cuando ya tenemos al menos seis, pedimos a Provincia lo que se llama un acta de paso. Todo esto se hace en forma legal e implica tener en regla los papeles del vehículo que las lleva, que en general es uno particular”.
“Esperamos en algún momento tener un vehículo propio de los guardaparques de Entre Ríos, lo que nos permitiría llevar las que tengamos y a la vuelta traer suero para nuestros hospitales”, añadió.
“Las serpientes pueden estar seis meses sin alimentarse, porque entran en letargo, así que les damos solo agua. El veneno se les extrae una vez cada cierto tiempo, sin que se las lastime. Luego se transforma en suero que cada dos años se vence, por lo que las mantienen vivas. Una vez vencido, se puede suministrar a animales”, explicó Borda.
“Las yararás tienen algo especial del lugar, por eso siempre se necesita que el suero sea de la zona más cercana”.
A partir de la creciente, instituciones educativas han solicitado a guardaparques de la reserva, charlas referidas a este tipo de serpientes venenosas.