El animal estuvo encerrado siete horas y falleció sofocado por las altas temperaturas. La dueña fue repudiada por los testigos.
Si bien el perro saltaba e intentaba llamar la atención, según los vecinos, nadie atinó a romper los vidrios, hasta que finalmente murió sofocado en el asiento del acompañante.
Por su parte, en efectivo de la policía precisó en declaraciones a Radio 2 que decidió no romper el vidrio porque «se podía ver a simple vista que el perro ya estaba sin vida».
En tanto, Viviana Ponzo, integrante de una entidad de protección animal, anticipó en declaraciones a la prensa que iba a presentar una denuncia penal.