En un solo campo de Apóstoles se detectaron unos 600 ciervos axis. Es una especie que, además, elige la mejor pastura del ganado
Los productores y ganaderos de toda la provincia son quienes tienen una referencia directa y clara de las complicaciones que está generando la presencia del ciervo axis en los campos donde pueden contarse solamente en el predio de una empresa de Apóstoles unos 600 ejemplares.
Matías Pamberger, presidente de la Sociedad Rural de Misiones, señaló que “hay campos donde hay una mayor cantidad de estos ciervos y la verdad que impacta bastante porque comen lo mismo que un caballo y para que se dimensione, un caballo come por ocho novillos, para que tengan una idea”.
Además, remarcó que “muchos productores somos de cuidar la fauna nuestra y vemos que ellos atacan a los ciervitos, por ejemplo. La gente que hace un poco de agricultura también los padecen porque los ciervos se meten en las huertas, en las plantaciones, van comiendo, aplastan, porque se manejan en manadas”.
“Hay lugares donde hay manadas de unos 30 a 50 ejemplares, incluso en el campo Rosamonte por la ruta 105, se estima que son unos 600, una enormidad. También en Candelaria, en Santa Cecilia hay un centenar, aproximadamente por lo que se puede llegar a ver y lo que nos va contando la gente que trabaja o vive allí en la zona”, contó Pamberger.
Consultado si considera válida la alternativa anticipada por el subsecretario de Ecología de Misiones, de solicitarle a los ganaderos parte de las instalaciones o elementos que se utilizan en los rodeos para juntar a los ciervos y así poder trasladarlos a otra provincia, Pamberger opinó que “juntarlos no se puede porque son muy ariscos, ellos te ven a 100 metros y ya disparan, salen corriendo. Eso de juntarlos es imposible”.
Consideró que la alternativa planteada por el biólogo Diego Varela, de exterminar los ciervos, “sería la que habría que seguir. O sea, por ahora, a las personas no las atacan porque las ven y disparan pero el problema es que consumen mucha cantidad de pasto que está destinado a nuestros animales. Encima los ciervos eligen el pasto, son muy selectivos, no van a comer un pasto viejo, un pajonal o esas cosas. Ellos van directo a las mejores pasturas, a las plantaciones agrícolas y en los campos naturales se observa claramente que eligen el mejor pasto”.
También aportó que existe una experiencia para el control de estos animales en la provincia de Entre Ríos, “pero fundamentalmente porque ellos tienen habilitada la caza y bajo un estricto control. Así los cazadores llevan la pieza obtenida a un frigorífico donde analizan la carne y les entregan un 20% de los kilos y el resto va destinado a los comedores. Eso sería una buena alternativa que podría estudiarse al menos para ver si puede llegar a aplicarse acá”.
la triste historia del ciervo axis asiático en Argentina
Llegó para ser cazado y hoy debe vivir en cautiverio para siempre. La aparición del ciervo axis recordó que la especie fue traída desde el continente asiático con fines de entretenimiento. Hoy en día, el animal amenaza la existencia de las especies autóctonas. La intención de los expertos es que los ejemplares capturados nunca regresen a la naturaleza.
El ciervo axis pertenece a una especie exótica oriunda del continente asiático y traída a la Argentina a mediados del siglo XX para entretener a las clases sociales adineradas y ornamentar sus propiedades. En la actualidad, los expertos en fauna aseguran que no hay ningún interés en conservar esa especie famosa en el mundo por su representación en la película Bambi. Los ejemplares que por diferentes circunstancias lleguen a las ciudades desde sus refugios en la naturaleza, deberán vivir el resto de su vida en cautiverio.
“Hay que evitar que estos animales vuelvan a la naturaleza”, afirmó Pablo Siroski, integrante de la Dirección de Fauna Sustentable del Ministerio de Ambiente. El doctor en Ciencias Veterinarias recordó que el hecho de que el axis asiático pertenezca originalmente a otro país “genera muchísimos perjuicios” para la naturaleza local. De hecho, la recomendación es que esta especie sea controlada. A diferencia de su hábitat natural en la India, ciertas particularidades como la alta tasa de reproducción, la disposición de alimentos y la ausencia de depredadores en la costa e islas, facilitan su multiplicación y distribución en la mesopotamia argentina.
Elegir a quién priorizar
El “Bambi” introducido en la Argentina para entretenimiento del hombre ahora debe ser más controlado y en lo posible evitar su reproducción. “Es una especie problemática desde la cuestión ambiental”, dijo Bernardo Lartigau, biólogo de campo de la Fundación Vida Silvestre. El experto que trabaja en áreas protegidas, explicó que el axis o chital -como es conocido en la India- “se está expandiendo por todos lados”, sobre todo en provincias como Entre Ríos, Buenos Aires, Corrientes y el sur de Misiones, además de Santa Fe. También se registraron poblaciones en Uruguay. El problema es que es una especie que compite con su equivalente argentino, según su rol en el ecosistema.
“En Argentina y Sudamérica tenemos varias especies amenazadas de ciervos nativos”, recordó Lartigau. Por ejemplo en la Bahía de Samborombón, donde se encuentran una de las tres poblaciones accesibles de venado de las pampas, quedan solo 150 ejemplares. “Existen amenazas como los ataques de perros sueltos, la destrucción del hábitat para la ganadería y ahora se suma el axis asiático que está ingresando en el área de distribución del venado y lo desplaza”, señaló el biólogo.
Siroski, del Ministerio de Ambiente de Santa Fe, coincidió en que el ciervo axis asiático “tiene altísimas características invasoras”. El veterinario insistió en que la recomendación de los organismos de Fauna es controlar esta especie que, al desplazar a las autóctonas generaría un desequilibrio en el ecosistema que podría incluso llegar a causar nuevas enfermedades zoonóticas.
No hay interés en conservar ni reinsertar a “Bambi”
Las poblaciones de axis se incrementan a gran velocidad en Santa Fe y son vistos con mayor frecuencia en el sur provincial. De hecho, los ciervos pueden visualizarse en las islas del Delta desde la costa de Rosario. Pero pese a que las cuadrillas de esta especie exótica siguen distribuyéndose desde mediados del siglo pasado, en Argentina no hay ninguna intención en conservarla, aunque tampoco existe interés en insertarla en su lugar de origen, como una suerte de reparación histórica.
Siroski aseguró que la intención desde Fauna Sustentable de la provincia “no es para nada tener los animales en cautiverio”, condición en la que viven cuatro ciervos axis en la Granja La Esmeralda, aunque reconoció que no cuentan con el equipamiento y la logística necesaria para trasladar estos animales al continente asiático. La crítica se orienta al accionar de la sociedad pasada: “El principal error es haber permitido el ingreso del axis”, expresó.
Para Lartigau, el axis es tan abundante en Asia que descree que poblaciones como India estén interesadas en recibir los que se distribuyen en América. Pero tampoco es buena idea liberarlo en la naturaleza argentina. “No solucionamos nada”, aseguró el biólogo, porque “las especies que no son nativas están generando mucho daño ambiental”. En todo caso, “el costo de traslado sería algo que conviene más invertirlo en que no se extingan nuestras especies”, evaluó. “Movemos cielo y tierra para rescatar los ejemplares de venado de las pampas que han sido heridos por la caza, por perros o por otras circunstancias”, aseguró el biólogo que trabaja en la comisión de rescate de otra especie autóctona sudamericana y en peligro de ser desplazada por el axis, como el ciervo de los pantanos.
Tanto para el axis como para los otros animales considerados invasores y exóticos, “no hay soluciones que tengan que ver con el control de las especies”, advirtió el científico de Vida Silvestre. Paradójicamente, los expertos coinciden en que urge preservar la fauna autóctona, sobre todo si el ciervo asiático continúa reproduciéndose como hasta ahora. “Desde el punto de vista de la ciencia, estamos en un momento comparable a las extinciones que se dieron en el pleistoceno”, la división histórica del período cuaternario más conocida como la Era de Hielo, que comenzó hace 2,59 millones de años y culminó 11.700 años antes de Cristo. “Es una cuestión que si no resolvemos muchas especies animales van a desaparecer”.
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