El Consejo Agrario Provincial (CAP) de Santa Cruz ha autorizado la caza deportiva de animales autóctonos en su territorio, desatando preocupaciones entre especialistas y conservacionistas sobre los graves daños ambientales que esta práctica podría ocasionar. Bajo la justificación de proteger al ganado ovino, se permite la caza de especies como pumas, guanacos y zorros hasta el 31 de agosto, aunque expertos advierten que existen alternativas que no implican la matanza de estos animales.
La resolución 117/2024 del CAP establece las reglas para esta actividad, permitiendo la caza de ciertas especies nativas con límites específicos, así como la caza ilimitada de especies exóticas como el visón, el conejo europeo, la liebre europea y el jabalí. Sin embargo, la falta de respaldo técnico y la ausencia de justificación para esta medida han generado preocupación entre los expertos.
Emiliano Donadio, director científico de la Fundación Rewilding y biólogo, explicó que la caza de especies nativas ha sido una práctica controvertida que ha demostrado no tener los efectos deseados en el pasado. La erradicación de depredadores como el puma y la competencia por pasturas entre el ganado ovino y el guanaco son problemas que datan de décadas atrás y que no se solucionan con la caza indiscriminada de estas especies.
Según Donadio, existen alternativas para la convivencia pacífica entre la fauna nativa y la actividad ganadera, como el uso de perros protectores de ganado o el fomento del turismo de naturaleza basado en la observación de fauna. En lugar de ver a los pumas y otros animales como una amenaza, podrían convertirse en una oportunidad para impulsar el ecoturismo en la región.
La caza de animales nativos no solo representa un riesgo para la biodiversidad de Santa Cruz, sino que también puede tener repercusiones negativas en el equilibrio ecosistémico de la región. La introducción de especies exóticas, como el visón y el conejo europeo, puede causar daños irreparables a la flora y fauna locales al perturbar los delicados equilibrios naturales.
Ante esta situación, los llamados de los expertos son claros: es necesario replantearse la estrategia de control de la fauna y buscar soluciones que promuevan la coexistencia armoniosa entre el hombre y la naturaleza.