Luis Fernando Iribarren, apodado el «Carnicero de Giles», fue capturado en Santiago del Estero luego de haber estado prófugo durante diez días. Iribarren, condenado a cadena perpetua por el asesinato de cinco miembros de su familia, había obtenido salidas transitorias para estudiar Derecho y no regresó al penal de Olmos después de una de ellas.
La detención se produjo en la localidad de Villa Atamisqui, a unos 121 kilómetros de la capital santiagueña, mientras Iribarren paseaba a su perro. Su captura se facilitó gracias a un operativo montado después de que se le viera conduciendo un Peugeot 504 desde Buenos Aires a través de Santa Fe.
En 1995, Iribarren fue arrestado por el asesinato de su tía, a quien mató con un hacha, alegando que quería terminar con su sufrimiento. Sin embargo, sus crímenes más graves se remontan a 1986, cuando asesinó a sus padres, a su hermana de nueve años y a su hermano adolescente. Los cuerpos fueron enterrados en un chiquero en una zona rural de Tuyutí y el caso permaneció oculto hasta que se descubrió el asesinato de su tía.