Una persona se puede quemar si alguna parte de su cuerpo queda expuesta al fuego o a una fuente de calor importante:
una hornalla;
aceite o caramelo hirviendo;
vapor;
una plancha;
electricidad.
¿Qué podés hacer?
Si la quemadura es superficial, puede bastar con abrir la canilla de agua fría y poner bajo el agua la zona afectada.
Si la quemadura es más grave:
tranquilizá a la persona que se quemó.
Sacale ropa, anillos, pulseras y cinturones cercanas a la zona afectada.
Hacé correr agua fría de la canilla sobre la parte que se quemó.
Llamá al SEM (Sistema de Emergencia Medica) o llevá a la persona a una guardia médica.
No coloques ningún remedio, crema, hielo, dentífrico u otro producto casero en la zona, ya que puede agravar el daño.
Si aparecen ampollas, no las abras.
Prevení quemaduras
Cuando cocinás o calentás comida o líquidos, utilizá siempre las hornallas de atrás.
No llenes las pavas y las ollas para que no se te caiga por el peso el contenido caliente.
Fijate que los mangos de los elementos de cocina (ollas, sartenes, pavas) no estén flojos.
Guardá encendedores, fósforos y líquidos inflamables en un lugar seguro, lejos de los chicos.
No dejes braseros, cigarrillos o velas encendidas durante la noche.
No seques ropa sobre la estufa.
No dejes planchas encendidas u ollas en el fuego al alcance de los chicos.
Usá bolsas de agua caliente con tapa de seguridad.