Lucas Dilger, propietario de un glamping en la Isla Apipé, compartió su experiencia sobre las inundaciones que afectaron la región. En una entrevista con FM 89.3 Santa María de las Misiones, Dilger explicó que, a pesar del aviso de crecida del río, los habitantes de la isla se quedaron el mayor tiempo posible, ya que no estaban dispuestos a dejar atrás a sus animales, de los cuales dependen para subsistir.
Dilger ha vivido en la Isla Apipé desde 1994 y señaló que estas inundaciones ocurren aproximadamente cada ocho o diez años, y siempre enfrentan el mismo problema: la falta de tiempo en el aviso de alerta.
Hizo hincapié en que en solo dos días es imposible evacuar a los animales, como vacas, caballos, gallinas y perros. Los isleños se vieron luchando para rescatar sus pertenencias y ayudar a sus animales, mientras el agua subía a la altura de las rodillas, lo que creó una situación desesperante.
En cuanto a la industria turística, Dilger mencionó que, a pesar de estar informado y seguir las redes sociales, el aviso de evacuación y la advertencia de crecida llegaron con muy poco tiempo de antelación. El lunes por la mañana, ya tenían tres metros de agua sobre sus propiedades, y el martes se sumó otro metro. En resumen, el agua subió cuatro metros en solo dos días, a pesar de que el aviso se emitió el domingo.
Dilger tuvo que cancelar todas las reservas de alojamiento para noviembre y aún no pueden evaluar los daños materiales con precisión, ya que la incertidumbre persiste hasta que el agua descienda. Aunque han tomado precauciones, como almacenar pertenencias en lugares elevados, aún no pueden prever cuándo la situación volverá a la normalidad. La falta de tiempo en la advertencia y la rápida crecida del río han presentado desafíos significativos para la comunidad de la Isla Apipé.
Fuente: Primera Edición