En un gesto contundente que refleja la postura de Brasil respecto al conflicto israelí-palestino, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva condenó a Israel por no cumplir con las resoluciones de las Naciones Unidas (ONU) y calificó las muertes de mujeres y niños palestinos en Gaza como «injustificables». Las declaraciones de Lula se produjeron durante su visita a Egipto, donde se reunió con el presidente egipcio, Abdelfatah Al Sisi.
Durante la reunión, Lula expresó su frustración por la falta de cumplimiento de Israel con las decisiones de la ONU, afirmando: «El Consejo de Seguridad de la ONU no puede hacer nada respecto a la situación en Israel y Gaza. Lo único que podemos hacer es pedir paz a través de los medios de comunicación, pero parece que la premisa de Israel es no cumplir con ninguna decisión tomada por las Naciones Unidas».
El presidente brasileño, actualmente en una gira de dos días por Egipto, reiteró el apoyo de Brasil a la acusación de genocidio contra Israel presentada por Sudáfrica ante la Corte Internacional de Justicia. Enfatizó la condena de Brasil a Hamas por sus ataques a Israel y el secuestro de cientos de personas, calificando estas acciones como actos terroristas. Sin embargo, criticó la conducta de Israel, especialmente su asesinato de mujeres y niños bajo el pretexto de derrotar a Hamas.
Lula instó al presidente Al Sisi a apoyar la iniciativa de Brasil de reformar las instituciones multilaterales, citando el fracaso del Consejo de Seguridad de la ONU para prevenir conflictos en Irak, Ucrania, Libia y Gaza. Enfatizó la necesidad de un alto el fuego permanente para facilitar la ayuda humanitaria y la liberación inmediata e incondicional de los rehenes.
Además, Lula agradeció a Al Sisi por los esfuerzos diplomáticos de Egipto para garantizar la liberación de civiles brasileños durante la invasión israelí a Gaza. Propuso elevar las relaciones bilaterales, que cumplen su centenario en 2024, al nivel de Asociación Estratégica.
El líder brasileño defendió su estrategia de política exterior, destacando la importancia de las relaciones con las economías emergentes y el bloque BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica). Reiteró el compromiso de los BRICS de reformar el orden global y abogó por la creación de una moneda común para reducir la dependencia del dólar estadounidense en el comercio internacional.
«En los BRICS trabajaremos juntos para reformar el orden global y construir la paz, especialmente en un momento en que están resurgiendo presiones proteccionistas y conflictos que penalizan a los países más pobres. Trabajaremos para crear una unidad de valor común en las transacciones comerciales e inversiones de los BRICS, como una forma de eludir la dependencia mundial de una moneda única», afirmó Lula.