El pequeño de 12 años falleció esta mañana en el Hospital Pediátrico de Posadas, donde llegó luego de dispararse en la cabeza con el arma reglamentaria de su padre, un sargento de la Policía de Misiones que trabaja hace más de diez años en la fuerza. Pasadas las 11.40 la Policía confirmó a este medio que la familia había confirmado a la Fuerza del fallecimiento del menor.

El disparo ocurrió en una habitación de la vivienda que el niño compartía con sus padres, en el barrio Cocomarola Oeste, y desde la familia aseguran que el pequeño sufría bullying en el colegio. El caso es instruido como intento de suicidio por la Justicia local.
Según consignaron fuentes oficiales, los padres del joven llegaron por sus medios al hospital Madariaga poco antes de las 23.30, advirtiendo que se había disparado. Inmediatamente fue atendido y, como indica el protocolo, luego se dio aviso a la Policía.
Los primeros en saber lo sucedido fueron los efectivos de la Comisaría Octava, dependencia que tiene una guardia en el hospital y donde casualmente trabaja el padre de la víctima. Sin embargo, por una cuestión de jurisdicción, se dio intervención a la Decimoprimera.
Según dijeron desde el seno familiar a El Territorio, momentos antes todos llegado a la casa de una salida familiar y se preparaban para dormir cuando el pequeño salió de una habitación con el arma en la mano amenazando con suicidarse. Dijo que los compañeros del colegio le decían que era “burro” por no haber pasado el examen de ingreso al secundario y, pese a que su padre quiso persuadirlo, terminó por disparar frente a toda su familia.
Una vez conocido el hecho, lo primero que hicieron los efectivos fue preservar la escena para las pericias de rigor, que al momento confirman todos los puntos del relato del sargento y su mujer. Los mismos aseguraron que el arma estaba guardada en un cajón, sin el cargador.
La Policía Científica fue la encargada de realizar los trabajos correspondientes por orden del Juzgado de Instrucción Tres, a cargo de Fernando Verón.
En este contexto, se incautó la pistola 9 milímetros reglamentaria perteneciente el funcionario público, así como también una vaina servida y once cartuchos sin percutar.
En este contexto, se incautó la pistola 9 milímetros reglamentaria perteneciente el funcionario público, así como también una vaina servida y once cartuchos sin percutar.
También se hicieron pruebas de parafina, que si bien no son concluyentes, dieron negativa a sus progenitores. Ambos estaban recibieron asistencia psicológica de profesionales y fueron medicados. También contaron con el apoyo de sus camaradas y familiares, quienes los acompañaron durante toda la jornada de ayer.
Acoso escolar
Acoso escolar
Sobre las circunstancias del hecho, en primera instancia trascendió que los padres del joven estaba discutiendo al momento que ocurrió e incluso que la víctima pidió que no lo hagan antes de disparar, algo que luego fue negado por los protagonistas. Más allá de eso, desde el entorno del joven insitieron que éste era víctima de bullying o acoso escolar.
“Se burlaban de él por los anteojos, porque estudiaba en el recreo con sus libros”, dijo un familiar directo. Agregó que incluso tuvieron reuniones con los maestros y directivos del colegio y que ellos “dijeron que es cosa de chicos y por eso le cambiaron de turno”.
“Quiero que se tome conciencia de cómo el bullying destruye familias”, cerró el familiar del pequeño.
Fuente: El Territorio.